Sergio Ramírez presenta su novela «Ya nadie llora por mi» en la FIL de Guadalajara

Sergio Ramírez Mercado, en la Feria Internacional del Libro, en Guadalajara, el 25 de novimbre de 2017.

Guadalajara (México), 25 nov (EFE).- El escritor nicaragüense Sergio Ramírez dijo hoy que obtener el Premio Cervantes 2017 representa «un segundo aire» en su trayectoria literaria y que, lejos de conformarse, lo obliga a seguir escribiendo con la misma calidad.

«Yo lo veo como un viento de cola o un segundo aire; recibo un segundo aire para seguir adelante porque en la escritura no hay tercera edad», afirmó el narrador y periodista en una conferencia de prensa en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, que se inició este sábado en esta ciudad del oeste de México.

Por su obra que «refleja la viveza de la vida cotidiana convirtiendo la realidad en una obra de arte, con excepcional altura literaria y en pluralidad de géneros», según el acta del jurado, Ramírez obtuvo el Premio Cervantes, el máximo galardón en lengua española, que le será entregado en abril próximo.

El autor afirmó que escribir en español es un privilegio, pues «cada lengua tiene su destino» y el de este idioma es ser «la gran lengua literaria».

«Me siento feliz de poder escribir para una lengua tan vasta y poder ser leído en Chicago, San Antonio, Los Ángeles lo mismo que en la Tierra del Fuego o en La Habana. Eso para un escritor es un don increíble; tener este enorme espacio de lectores», afirmó.

El galardón es otorgado por primera ocasión a un escritor de Centroamérica, a la que Ramírez calificó de «una región literaria».

El autor de «Margarita, está linda la mar» (1998) dijo que esta distinción lo ayudará «a subir al pedestal a los escritores jóvenes» centroamericanos para «que puedan asomarse al mundo, ser vistos por el mundo y ser publicados».

Aseguró que confía en la nueva generación de las y los escritores centroamericanos, una camada «prometedora» de jóvenes nacidos en los años ochenta, una década caracterizada por la guerra civil en países como Nicaragua o El Salvador.

«Son nuestros escritores millenials de hoy día y pueden contemplar desde la posición que la vida les ha dado lo que hicieron sus padres y por lo que lucharon sus padres en El Salvador, Guatemala y Nicaragua de manera crítica y sin prejuicios», aseguró.

El poeta, quien fungió como vicepresidente de Nicaragua (1985-1990) consideró que la literatura latinoamericana se nutre de las anormalidades y la realidad «terrible» que sucede en los países de un continente lleno de desigualdades.

«Las anormalidades que vivimos son tan visibles, tan terribles, que nosotros vivimos de lo terrible», dijo Ramírez y añadió que como ciudadano aspira «a la normalidad institucional, a la vida democrática y a países sin corrupción», pero como narrador echaría de menos esta condición.

Ramírez dijo que su literatura se ha comprometido con la calidad de los textos pero también con no callar lo que sucede a su alrededor, debido a la influencia que ejercieron en él escritores como José Saramago y Carlos Fuentes.

Ramírez visita la FIL para presentar su más reciente libro «Ya nadie llora por mí» y aseguró que a sus 75 años no teme enfrentarse a la página en blanco y que disfruta el proceso de crear y de inventar.

«Si uno se autocensura empobrece a la literatura; si uno entra a la literatura con la disposición de cortarse unos mismo la lengua, mejor no escribir. La literatura siempre es un riesgo y uno tiene que asumirlo», aseguró.

Para su discurso de recepción del Premio Cervantes adelantó que abordará la relación entre Miguel de Cervantes y Rubén Darío y que «seguramente» recordará a los escritores de la generación del boom latinoamericano, a la que se siente muy cercano y a cuyos máximos representantes como Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez conoció «primero como escritores y luego como amigos».

Del 25 de noviembre al 3 de diciembre, la FIL reunirá a más de 700 escritores de 41 países que representan 20 lenguas en cientos de actividades que buscan convocar a 800.000 asistentes.

Además participarán 20.000 profesionales del libro y 2.000 casas editoriales que exhibirán 400.000 títulos de 47 países en un espacio de 34.000 metros cuadrados. EFE

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