Walter Murch, el editor que se divide entre sonido e imagen

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 05/09/2019.- Walter Murch, montador de Hollywood distinguido con tres premios Oscar, explica en una entrevista con Efe la ligazón entre el cerebro y el montaje cinematográfico, con motivo de su visita a España para impartir la ponencia "Parpadea y te lo perderás" en el 18 congreso de la Sociedad Española de Neurociencia, hoy jueves en Santiago de Compostela. EFE/Xoán Rey

Santiago de Compostela (España).- El estadounidense Walter Murch es uno de los pocos artistas en Hollywood que puede presumir de dedicarse a la edición cinematográfica y al diseño de sonido en una misma película, ya que tal y como afirma a Efe, para él sonido e imagen «son las dos caras de una misma moneda».

«La imagen viene frontalmente, de forma directa, mientras que el sonido viene de los lados y solemos ser menos conscientes de ello», afirmado Murch (Nueva York, 1943), algo que además considera «paradójico», teniendo en cuenta que «desde que estamos en el útero estamos escuchando sonidos».

Murch ha contado en esta entrevista que desde que tenía 10 años se sintió «fascinado» por la frontera que se produce entre el mundo real y cómo lo percibimos a través de los oídos y admite que le gustaría que más gente pusiera su atención en este aspecto en las películas.

«En Europa es más común que los montadores de imagen también se dediquen al sonido porque en Hollywood se tiende a la estratificación», asegura Murch, que sin embargo añade que las nuevas tecnologías están fomentando la confluencia de estas dos artes.

Con dos premios óscar en la categoría de Mejor Sonido por «Apocalipse Now» y «El paciente inglés» y otro en la categoría de Mejor Montaje por esta última, Walter Murch reconoce que sus habilidades no están «demasiado reconocidas por el gran público», pero tampoco le preocupa, ya que como él dice «le gusta vivir en la sombra».

«Nosotros hacemos el trabajo que hacen los magos y no sería oportuno contarle a la audiencia cuál es nuestro truco», ha declarado Murch, que define la edición como «el arte único del cine», que supone «cortar fragmentos de sonido e imagen» y crear con ellos «un mosaico de tres dimensiones».

Para el artista, es necesario que ese mosaico -formado por dos dimensiones de espacio (sonido e imagen) y una de tiempo- esté realmente bien unido y para ello, asegura, es necesario preguntarse si las imágenes o sonidos escogidos «ayudan a contar la historia» o «dan una sensación de presencia en el entorno», ya sea físico o en el entorno psicológico interior de un personaje.

Murch cuenta que mientras trabajó en El Padrino II, el director del estudio, Bob Evans, odiaba la música de Nino Rota y prefería una música más dura, muy distinta a la que se conoce actualmente, que según Murch si no llega a ser por la «fuerte personalidad» de Coppola, habría sido totalmente distinta.

«El sonido lleva diálogo pero también lleva atmósferas. Es un arma muy poderosa porque pasa por debajo del radar de la conciencia», afirma Murch, que está muy interesado en la forma que tienen los seres humanos de percibir el cine y por ello ha participado en una ponencia en el Congreso de la Sociedad Española de la Neurociencia en Santiago (norte de España).

«Existe una alineación entre los puntos en los que parpadeamos los seres humanos y los puntos donde la película se cortará de una toma a otra», asegurado Murch en su ponencia, un experto que también muestra interés en la cantidad de capas de sonido que el cerebro humano puede asimilar sin que pase a considerarse ruido.

«Podemos pensar en el cine como el teatro del pensamiento», afirma, aunque revela que para ser un buen editor hay que tener «un buen sentido del ritmo y de la historia».

Murch se considera a sí mismo un editor situado entre la corriente del efecto Kuleshov, es decir, el montaje clásico, y una corriente más «hollywoodiana», que trata de negar la edición y esconderla en la propia película.

«El sistema de corte de salto de la Nouvelle Vague me influyó mucho de joven. Sabía que se estaban rompiendo las reglas pero no sabía cuáles eran», explica.

Sin embargo, ahora que las conoce espera poder seguir rompiéndolas y considera que en el ámbito del cine se seguirán descubriendo «todo tipo de cosas nuevas». EFE

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