Luego del título de la Serie A, la Juventus quería quedarse con la Copa Italia y así lograr el doblete en Italia. Si bien Antonio Conte no mandó a la cancha a todos los titulares, la Vecchia Signora llegaba con toda la confianza para lograr su décima Copa Italia.
El problema para la Juventus fue que su rival salió desde un principio con todo para complicar al actual campeón de la Serie A. Ocupando las bandas y explotando la velocidad de sus hombres en delantera, el ex equipo de Maradona comenzó a complicar a la Vecchia Signora con ataques profundos, pero poco finos hasta ese momento.
Así fue la primera etapa, con un Napoli dominador, pero poco efectivo y una Juventus totalmente distinta a la que nos acostumbró a desulmbrar en la liga. Además, Arturo Vidal se vio muy impreciso y poco enchufado, al igual que el resto de sus compañeros.
En la segunda etapa, a los 18 minutos, se le complicó aún más el panorama a la Juve. Una pelota profunda para Lavezzi llevó al portero Storiari a derribar al delantero argentino, era penal y amarilla para el arquero «bianconero». Cavani tomó la responsabilidad y transformó el lanzamiento en gol con un derechazo que engañó al portero De Sanctis.
Parecía que gracias al gol el equipo de Conte tenía que despertar, y lo hizo por un par de minutos donde se vio con mayor claridad, comenzó a dominar el balón y hacer su juego. El duelo se transformó a una ida y vuelta entretenida para el espectador y emocionante para una final.
Hasta los 38 minutos parecía que la Juventus todavía lo podía empatar, pero en una contra letal del Napoli, Pandev tomó el balón en la mitad de cancha y le metió un pase profundo a Hamsik quien definió cruzado ante la salida de Storari, cerrando el partido y dejando a cosa de minutos el título para los «azzurri», que no levantaban la Copa Italia desde la temporada 1986/1987.