Quito, 19 jun (EFE).- La embajada de Estados Unidos en Ecuador percibía en 2006 una «endémica corrupción» en la empresa estatal petrolera, Petroecuador, según señala un cable de esa delegación diplomática filtrado por WikiLeaks y difundido hoy por el diario El Comercio de Quito.
En un cable enviado al Departamento de Estado el 3 de agosto de 2006 y atribuido a Sara Ainsworth, encargada de Asuntos Económicos de le Embajada, se señala nepotismo, falta de transparencia, apuros financieros y una incompetente burocracia en Petroecuador.
El diagnóstico de corrupción en la petrolera también fue denunciado por el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, desde el inicio de su mandato en enero de 2007, cuando anunció una reestructuración profunda en Petroecuador.
Correa pidió a la Armada a que se hicieran cargo de la estatal y acometieran su reorganización, en un proceso que concluyó en marzo de 2010, cuando los militares abandonaron la administración.
El mandatario también devolvió la autonomía financiera a la petrolera, que se mantuvo varios años sin inversiones.
El cable de WikiLeaks difundido hoy por El Comercio y que corresponde al período del expresidente ecuatoriano Alfredo Palacio, advirtió entonces que una reforma en Petroecuador sería una batalla cuesta arriba.
«Inyectar más dinero en la compañía no sanará sus heridas. Incluso si la entidad se vuelve más ineficiente y la producción continúa cayendo, la compañía seguirá siendo un magneto para las élites políticas que están motivadas por múltiples oportunidades para negociados», escribió entonces Aisworth.
«Los ‘chanchullos y mañoserías’ permean en todos los niveles de su pesada burocracia y el sindicato de la empresa tiende a recompensar a su personal más improductivo», advirtió en el cable.
Además, consideró que el «equipo y tecnología de producción son anticuados, hay una escasa inversión y los subsidios forzados a los combustibles para los consumidores merman el presupuesto de la empresa».
«La mayoría de la infraestructura de la empresa es obsoleta» señala y recuerda que para ese año, «240 de sus 800 pozos se cerraron debido a la falta de fondos. Sus bodegas están vacías. Usualmente la empresa vuelve a emplear las válvulas y retira la tubería usada para ubicarla en nuevos pozos».
Según fuentes de Petroecuador, citadas en el cable, señalaron que cada empresa subsidiaria de la estatal tenían «su propia mafia» y que «las coimas para los contratos» eran «una práctica regular».
Asimismo, el cable señala que unos «contactos de la industria» petrolera en Ecuador, que Aisworth no identificó, habían denunciado «que la práctica típica de los presidentes de la compañía ha sido hurtar y marcharse». EFE
Esta corrupción difundida a través de los cables de WikiLeaks, no es nueva, ni ha sido un secreto. Esta corrupción se fue perfeccionando a partir de 1972, desde aquellos sembradores del petróleo, hasta los enterradores de los sueños ecuatorianos. No es una novedad, pero es una verdad de perogrullo.
Este affaire petrolero siempre ha sido conocido, a tal punto que las primeras negociaciones contractuales que realizó el Estado ecuatoriano en 1963 con Texaco-Gulf distribuía el 80% para el Estado ecuatoriano y el 20% para el consocio petrolero de éstas compañías, con el antecedentes que la exploración, perforación y explotación se realizaba en condiciones muy difíciles, además que en ese entonces no se conocía el mapa de reservas comprobadas como existe a partir de 1970, luego de los estudios de prospección sísmica que realizó principalmente la compañía Geophysical Service Incorporated (GSI) en un millón y medio de hectáreas, por cuenta y riesgo del consorcio Texaco-Gulf; sin embargo entre 1970 y 2005 los contratos de participación entre el Estado ecuatoriano y las compañías petroleras se firmó en condiciones leoninas en favor de las petroleras, a tal punto que se llegó a «distribuir» 80% para las compañías y sólo el 20% para el Estado ecuatoriano como dueño del petróleo, ¿Que tal robo, no?.
Luego se llegó a suscribir el monstruoso contrato del OCP, «affaire petrolero» que aún no se ha aclarado, a pesar de las primeras observaciones desoídas de la propia Contraloría General del Estado, la que hizo al menos 19 observaciones para que «analice» la famosa comisión conformada para estudiar y observar los procesos precontractual y
contractual del contrato suscrito entre el Estado ecuatoriano y la
compañía de Oleoductos de Crudos Pesados Sociedad Anónima (OCP. S.A.).
Todavía están impunes esa barbaridades. Aún no se ha sancionado. peor sentenciado a esos «generosos vende patrias», ni se ha analizado las fortunas de muchos antiguos pobres que estuvieron inmersos en esos contratos. Hay que recordar que todo el tiempo a existido la base legal para perseguir a tanto nuevo rico que apareció de la noche a la mañana, y sin embargo no se ha hecho nada en todos esos años. Ahora tenemos más herramientas para ello; con la última Consulta popular que se refiere a la pregunta precisa y pertinente que ganó y dice textualmente ¿Está usted de acuerdo
que la Asamblea Nacional, sin dilaciones y dentro del plazo establecido en la
Ley Orgánica de la Función Legislativa, a partir de la publicación de los
resultados del plebiscito, tipifique en el Código Penal como
un delito autónomo, el enriquecimiento privado no justificado?.
¿Que harán ahora los asambleísta nacionales con esta orden de sus mandantes (patrones) que aprobaron para que la Función Legislativa tipifique en el Código Penal, sin dilaciones, como
un delito autónomo, el enriquecimiento privado no justificado.
Repito, ahora se tiene esa herramienta clara, concisa y precisa para perseguir estas mañoserías, pero me pregunto ¿Habrá voluntad de los legisladores (asambleístas) para obedecer el mandato del pueblo, o se dedicarán a defender insensata o mal intencionadamente a tanta sanguijuela del poder político o económico ?, luego, ¿habrá voluntad judicial y tributaria para perseguir esos delitos?, y finalmente, ¿habrá voluntad política para no doblegarse a tanto operador trafásico incrustado en todo gobierno?
Veamos qué pasa, pero, la verdad es que nunca ha pasado nada, a pesar que siempre se ofrece perseguir la corrupción que se ha producido en el país: Venta de la bandera, chatarreros, gorgogeros, enloquecidos por el dinero, entontecidos por el dinero, contrato colectivo, sucretizadores, congeladores bancarios, dolarizadores, acuciosos pagadores de la mal llamada deuda «externa, barcazas electrificadoras, renegociadores de deuda.
La única verdad es que la memoria popular es de corta duración, y el desconocimiento es mayoritario.