Día crítico en negociaciones de Grecia con acreedores

ATENAS (AP) — Los líderes de los tres partidos políticos que respaldan al gobierno griego de coalición se reunieron con el primer ministro Lucas Papademos para considerar las demandas de los acreedores de Grecia para que el país adopte medidas de austeridad más contundentes, reducciones salariales en el sector privado y el despido masivo de funcionarios civiles.

Con anterioridad, los representantes de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional se reunieron durante una hora con Papademos. El ministro de Hacienda Evángelos Venizelos y el ministro del Trabajo Giorgos Koutroumanis estuvieron presentes en el encuentro.

Papademos sugirió que los líderes de los partidos políticos le acompañaran en sus discusiones con esas tres entidades para defender medidas diferentes pero con resultados fiscales equivalentes. Giorgos Karatzaferis, líder del populista y derechista Marcha Popular Ortodoxa, se negó.

«Acudiré (a la oficina del primer ministro) cuando se hayan ido los invitados», dijo Karatzaferis.

No fue anunciada la respuesta del dirigente socialista George Papandreou —a quien Papademos reemplazó en noviembre como primer ministro— ni la del conservador Antonis Samaras. Empero, todos ellos llegaron a la oficina de Papademos tras marcharse los representantes de las tres entidades.

Todos ellos se mostraron renuentes a aceptar las propuestas de la UE, la CE y el FMI sobre las reducciones salariales. Fuentes allegadas a Samaras dijeron que presentarán propuestas para que sean adoptadas medidas diferentes a fin de reducir los déficits presupuestarios griegos sin sacrificar los ingresos.

En juego está un segundo plan de rescate de 130.000 millones de euros (171.000 millones de dólares) sin el cual Grecia tendría que declararse en bancarrota antes de que finalice marzo.

El gobierno debe reunirse además con representantes de los bancos para lograr un canje de bonos que les supondría una pérdida del 70% en sus inversiones debido a una reducción del 50% en el valor nominal de las nuevas obligaciones, menores intereses y mayores plazos de amortización, con la esperanza de reducir la deuda soberana griega en 100.000 millones de euros (131.600 millones de dólares), del 160% al 120% del PIB.

 

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