Venezuela (AP) — El ministro de Petróleo Rafael Ramírez informó el miércoles que fueron detectados algunos actos de supuesto sabotaje en las instalaciones del Centro de Refinación de Paraguaná del estado occidental de Falcón, el mayor complejo petrolero del país, y que los cuerpos de seguridad iniciaron las investigaciones sobre los casos.
Ramírez, quien también se desempeña como presidente de la corporación estatal Petróleos de Venezuela S.A., indicó que los representantes de la empresa se reunieron con miembros del Servicio Bolivariano de Inteligencia – la policía política – , y la Dirección de Inteligencia Militar para evaluar los casos, según reseñó la estatal Agencia Venezolana de Noticias.
«Hicimos una reunión con organismos de seguridad del Estado, porque detectamos que ha habido en los últimos eventos sabotaje directo», dijo Ramírez a la prensa. Afirmó que hay sectores «de extrema derecha asociados a escenarios de violencia, que han saboteado equipos muy específicos», pero no ofreció más detalles ni pruebas.
El anuncio de Ramírez se da a menos de 24 horas del incendio que se presentó en una chimenea de la refinería de Amuay que forma parte del Centro de Refinación.
«Tenemos una chimenea de 100 metros de altura que emite vapores con hidrocarburos, y había una fuerte tormenta eléctrica. Hay un proceso de ionización del ambiente que crea unas cargas eléctricas y se incendió el tope de la chimenea», dijo el ministro al explicar las razones del incendio que se presentó la noche del martes en la instalación de Amuay.
El incidente ocurrió once días después de otro incendio, también generado por el impacto de un rayo durante una tormenta eléctrica, que se presentó en una laguna de tratamiento de hidrocarburos de una refinería de la ciudad oriental de Puerto La Cruz.
En paralelo ese día, la petrolera además anunció que la refinería estatal de El Palito, ubicada en el estado centro costero de Carabobo, sufrió una interrupción por una falla en el circuito eléctrico que la alimenta debido a las lluvias.
La refinería de Amuay, que procesa unos 645.000 barriles por día, recuperó recientemente la normalidad de sus operaciones tras enfrentar por varios meses dificultades luego de la fuerte explosión por una fuga de gas que se registró el 25 de agosto del año pasado en un área de almacenes de la instalación, que dejó como saldo 42 muertos, convirtiéndose en una de las mayores tragedias ocurridas en un complejo petrolero venezolano.