Mujica insiste ante Rousseff en el puerto que pretende construir Uruguay

Foto de Archivo: La República

Brasilia, 7 nov (EFE).- El mandatario uruguayo, José Mujica, visitó hoy a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, para felicitarla por su reelección, un encuentro en el que volvió a pedirle apoyo para la construcción de un puerto de aguas profundas en Uruguay.

Mujica, el primer mandatario extranjero que recibió Rousseff tras su reelección el pasado 26 de octubre, dijo a periodistas que en las casi tres horas que duró la reunión fueron tratados diversos temas bilaterales, pero también otros de impacto regional y relacionados con la «necesidad» de avanzar hacia una mayor integración.

En ese marco, citó el proyecto para la construcción de un puerto de aguas profundas en la costa atlántica del departamento uruguayo de Rocha, una iniciativa para la que Uruguay apuesta a conseguir apoyo financiero del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil.

No obstante, Mujica aclaró que «no se habló de financiación», sino de «la importancia que tiene ese proyecto para la región, para Uruguay sí, pero también para Brasil, para Argentina» y otros países suramericanos, indicó.

«Conversamos en clave política», apuntó Mujica, quien insistió en la necesidad de que los países latinoamericanos «dejen de mirar al norte o hacia París», para prestarse más atención entre ellos.

En ese sentido, aseguró que «la reelección de Dilma favorece la integración» y la «renueva» porque Brasil «es la espina dorsal» de ese proceso.

Acotó, sin embargo, que «Brasil debe darse cuenta de eso», porque «se está haciendo tarde» para juntarse.

En ese contexto, tanto Rousseff como Mujica valoraron el aporte de mecanismos de integración como el Mercosur y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que el mes próximo celebrarán sus cumbres anuales.

En ese marco regional, Rousseff coincidió con Mujica en que los países miembros del Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Venezuela) «deben avanzar hacia una mayor integración de sus cadenas productivas», con «la mirada puesta en sus propios intereses».

Según Rousseff, esa integración debe «servirle a todos» y tiene que ser «productiva», al margen del grado de desarrollo económico que hayan alcanzado cada uno de los miembros del bloque.

«Ni Brasil es tan grande como dicen, ni Uruguay es tan pequeño como algunos piensan», declaró la mandataria.

Mujica, cuyo país está en pleno proceso electoral de cara a la segunda vuelta que disputarán el expresidente Tabaré Vázquez, del oficialista Frente Amplio (PA), y el opositor Luis Alberto Lacalle Pou, del Partido Nacional, también dejó una velada crítica a sectores de la prensa que se oponían a la reelección de Rousseff.

«Estamos acostumbrados a leer en los diarios latinoamericanos que todo se derrumba, pero después ganamos las elecciones, así que tan mal no estaremos», declaró el gobernante uruguayo.

Los presidentes hablaron con los periodistas en la puerta del Palacio presidencial de Planalto, hasta donde Rousseff acompañó a Mujica en un gesto inusual que, según la mandataria, es prueba de una gran amistad personal y la «admiración» que se profesan.

La presidenta brasileña incluso aguardó a que Mujica se subiera al automóvil que le esperaba y partiera con toda su comitiva, para luego volver a su despacho.

En el diálogo con los periodistas, Mujica comentó la oferta de un millón de dólares que ha recibido por su Volkswagen de 1987, del modelo conocido como «Fusca» en Uruguay y Brasil o «escarabajo» en otros países latinoamericanos.

«No se preocupen por el ‘Fusca'», declaró Mujica, quien dio a entender que estudia la oferta con seriedad al acotar que «los fierros tienen precio. Los que no tenemos precio somos nosotros».

La oferta fue admitida por Mujica en declaraciones al semanario Búsqueda, de Montevideo, al que explicó que, en caso de aceptarla, donaría el dinero para diversos planes sociales que se desarrollan en Uruguay. EFE

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