¿Puede el gobierno griego cumplir sus promesas?

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, a la izquierda, charla con su ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, durante la votación a presidente del parlamento griego en Atenas, el 6 de febrero de 2015. (AP Foto/Petros Giannakouris )

Atenas (AP) — El primer ministro griego llegó al poder hace dos semanas impulsado por una oleada de esperanza de cambio. Pero su promesa de cambiar los términos del rescate que ha mantenido el país a flote durante casi cinco años no depende sólo de él.

Resulta esencial llegar a un acuerdo con los otros países europeos que contribuyeron al préstamo de 240.000 millones de euros (272.000 millones de dólares). Por ahora, no se han mostrado muy dispuestos.

La gran pregunta es cuántas promesas, si es que hay alguna, puede mantener Alexis Tsipras sin arriesgarse a una salida de Grecia de la moneda única europea, lo que podría tener consecuencias desastrosas.

Un indicio clave sobre la dirección que piensa tomar el gobierno llegará el domingo, cuando Tsipras presente su agenda de gobierno en el Parlamento. Después seguirán tres días de debate, con una moción de confianza el martes por la tarde.

«Si las intenciones de política son tan duras como las preelectorales (…) podrán entender que nos dirigimos a un gran choque, y creo que los mercados se moverán en consecuencia», dijo Nick Kafkas, jefe de investigación y análisis en Merit Securities.

Tsipras y su ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, han recorrido Europa en la última semana para recabar apoyos para su plan de alcanzar un nuevo acuerdo con los países europeos. Su argumento es que tras casi cinco años, es evidente que el sistema actual de reformas vinculadas a la austeridad no está funcionando, y el nivel de deuda es tan alto que nunca podrá devolverse.

Después de los dolorosos recortes de presupuestos, reformas estructurales y subidas de impuestos, ha habido algo de mejora y Grecia registró su primer superávit primario —equilibrio presupuestario que excluye los pagos de intereses— el año pasado. Pero pese a los miles de millones en créditos baratos y la mayor quita de deuda de la historia en 2012, la economía griega se redujo en un cuarto y su deuda supone más del 170% de su producto interno bruto.

Tsipras y Varoufakis recibieron una cálida bienvenida en algunos de sus destinos, pero no en Alemania, principal acreedora y guardiana del rescate. Y Grecia no tiene mucho tiempo. El acuerdo actual expira a final de mes, y el Banco Central Europeo anunció este mes que a partir del 11 de febrero no podrá aceptar los bonos griegos de categoría basura como garantía para conceder préstamos a los bancos del país.

Aunque los bancos aún pueden acceder al Fondo de Liquidez de Emergencia, ese sistema no podrá utilizarse mucho tiempo.

«Grecia se queda sin dinero en marzo o abril, y su posición para negociar con sus socios internacionales se verá muy debilitada cuando eso ocurra», señaló Megan Greene, economista jefe de Munulife Asset Management.

Con la soga cada vez más ajustada en el cuello de Grecia, el gobierno ya ha suavizado parte de su retórica en su primera semana en el poder, cuando los comentarios sobre dar marcha atrás a compromisos del rescate hundieron la bolsa de Atenas.

Las peticiones de que se perdone la deuda se han cambiado por una propuesta de intercambiar la deuda a los acreedores del rescate con bonos vinculados al crecimiento y bonos «perpetuos» con intereses, lo que tendría un efecto similar sin una cancelación de deuda directa.

En una rueda de prensa tras su reunión con el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schauble, Varoufakis dijo que algunas de las reformas en el programa de rescate son adecuadas.

«No es que todo el programa actual de reformas vaya a descartarse por completo. Yo diría que entre el 60 y el 70 por ciento de lo que está en la lista son estrategias y medidas que nosotros mismos querríamos hacer», dijo Varoufakis, añadiendo que la estructura del rescate estaba mal planteada.

El gobierno dice que necesita tiempo para negociar un nuevo acuerdo aceptable para ambas partes, y quiere un «programa puente» que asegure efectivo suficiente para funcionar hasta entonces. Sus grandes acreedores, sin embargo, insisten en que Atenas debe atenerse a sus compromisos.

El miércoles se ha convocado una reunión de emergencia de los 19 ministros de Finanzas de la Eurozona, un día antes de una cumbre de líderes de la UE.

Greene, de Munulife Asset Management, estimó que el gobierno podría «ofrecer una victoria» en materia de deuda convenciendo a sus acreedores de que extiendan los plazos y reduzcan el interés de los pagos. Pero eso es sólo la mitad de la batalla.

«En definitiva, Grecia necesita desesperadamente más dinero a corto plazo, y tendrá que acceder a hacer reformas para conseguirlo», dijo Greene, añadiendo que hay espacio para el acuerdo en asuntos como reformas institucionales.

«Pero el gobierno griego no tendrá mucho donde apoyarse cuando se haya quedado sin dinero, y tendrá que dar marcha atrás en muchas de sus promesas electorales para que eso ocurra», afirmó.

 

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