Cátedra «Mario Vargas Llosa» será espacio de diálogo y debate

Madrid, (EFE).- El escritor hispanoperuano y Premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa, ha mostrado su ilusión porque la Cátedra que lleva su nombre, constituida hoy en Madrid, será el primer espacio de diálogo y debate para todos los autores iberoamericanos del mundo.

Creada de la mano de la Fundación Biblioteca Virtual «Miguel de Cervantes» -que preside este escritor- en colaboración con otras diez Universidades, la Cátedra Vargas Llosa pretende convertirse en un modelo cultural y educativo que fomente el estudio, la investigación y la difusión a nivel internacional de la cultura contemporánea en español.

«Estoy muy ilusionado y conmovido hoy porque la Cátedra que lleva mi nombre será un espacio donde los escritores de todo el mundo Iberoamericano podrán dialogar, debatir, acercarse, intercambiar, discutir y buscar las ideas necesarias para hacer frente a los retos que se nos presentan, no sólo culturales, sino sociales, económicos y políticos», ha destacado el escritor de «La fiesta del Chivo».

Vargas Llosa ha querido subrayar también que, a pesar de que «inicialmente la Cátedra tiene un marcado carácter español», la idea es que con el tiempo «eche raíces también en Latinoamérica».

El acto, al que han acudido periodistas, amigos, familiares y personalidades del mundo de la cultura, ha estado presidido por el escritor y periodista Juan José Armas Marcelo, director de la Cátedra.

Armas Marcelo ha querido resaltar la importante aportación de Vargas Llosa a la literatura en español y ha destacado del escritor de «La ciudad de los perros» su carácter de «novelista», pero sobre todo de «pensador».

También ha estado presente el escritor chileno, embajador de su país en Francia y amigo íntimo del homenajeado, Jorge Edwards, quien ha sido el encargado de inaugurar la primera Cátedra con la conferencia titulada «Las verdades novelescas de Vargas Llosa».

Entre bromas, guiños y anécdotas, Edwards ha recordado los años que compartió con Vargas Llosa en el París de los años sesenta, al que se ha referido como «el París del nouveau roman y del expresionismo».

Durante esos años, ha dicho, tuvo el placer de conocer a «un joven escritor, de extraordinaria inteligencia, de pensamiento literario original, autónomo, dotado de una increíble seguridad y de una mirada polifónica, aguda, atenta».

«Ya en aquella época se atisbaba en su prosa un cierto desprecio del adorno verbal, de la metáfora excesiva, de la prosa poetizada, y al mismo tiempo el uso constante, integrado en la narración, de inmediatez, de fuerza, de choque», ha recordado, antes de mostrar su admiración por «la inquietud y el espíritu crítico» que han caracterizado siempre a este genio de la literatura. EFE

Foto: poesiaypolitica.blogspot.com

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