92 muertos. La masacre en Oslo ya es catastrófica

La explosión de una bomba que devastó el viernes el principal edificio del Gobierno noruego en Oslo y un ataque de un hombre armado y vestido de policía que abrió fuego en un campo juvenil en una isla cercana, dejaron al menos 92 muertos, informó la policía.

En el mayor ataque de este estilo desde los atentados a los sistemas de transportes de Londres en el 2005, al menos siete personas murieron por la explosión de la bomba en la capital noruega.

Posteriormente, al menos 80 personas fueron asesinadas en un ataque a tiros en el campamento juvenil del Partido Laborista de Noruega, dijo la policía, que inicialmente habían informado sobre 10 víctimas.

La explosión en Oslo se oyó a varios kilómetros a la redonda, hizo añicos las ventanas de la oficina del primer ministro Jens Stoltenberg, que no se encontraba en ella en ese momento y destrozó la fachada del edificio de 17 pisos del Gobierno central, destruyendo la mayoría de las ventanas y lanzando restos de metal y escombros a cientos de metros. El estallido sacudió a toda la ciudad alrededor de las 15:30.

El distrito afectado es el corazón del poder en Noruega, donde se encuentran varios edificios clave de la administración. Ministerios cercanos también fueron afectados por la explosión, entre ellos el de Petróleo, que se había incendiado.

Tras la potente explosión, la ciudad de 500.000 habitantes, donde cada año se entrega el premio Nobel de la Paz, tenía un aspecto desolador.
Edificios oficiales desfigurados, víctimas que reciben los primeros auxilios en aceras cubiertas de cristales: la apacible ciudad de Oslo ofrecía este viernes escenas que parecían salidas de una guerra.

«Estalló (…) La gente corría presa del pánico. Conté al menos 10 heridos», dijo el transeúnte Kjersti Vedun, que intentaba abandonar la zona de la explosión en Oslo.

Mientras la policía le advertía a la gente que evacuara el centro de Oslo, aparentemente por temor a nuevos ataques, el primer ministro Jens Stoltenberg dijo por teléfono a la cadena de televisión local TV2 que la situación era «muy grave».

El líder noruego señaló que la policía le había pedido que no divulgara su ubicación. Según dos miembros de su gabinete consultados, el primer ministro Jens Stoltenberg no se encontraba en su oficina en ese momento. La agencia noruega NTB añadió que el jefe de gobierno estaba en un lugar «seguro».

La Policía acordonó el barrio donde se encuentran la oficina del primer ministro, el ministerio de Finanzas y la redacción de Verdens Gang (VG), un periódico de gran tirada. Además, un testigo dijo que varios soldados del Ejército tomaron posiciones alrededor del centro de la ciudad.

Un periodista del diario que estaba trabajando cuando se produjo la explosión, pasadas dijo haber visto «el infierno». «Lo que vi fueron decenas de personas que corrían por todas partes, gritando y llorando, heridas, cubiertas de sangre», declaró el periodista Jon Magnus, a la edición digital del diario inglés The Guardian.

«Vi a personas que yacían sin vida en las aceras», añadió.

Las imágenes transmitidas por las televisoras noruegas mostraban la sede del primer ministro y otros edificios completamente desfigurados, y las aceras llenas de cristales, así como una humareda y media docena de ambulancias amarillas.

«Vi que las ventanas del edificio del VG y de la sede del gobierno estallaron. Hay personas ensangrentadas en la calle», declaró una periodista de la radio estatal NRK desde el lugar de los hechos.

«Hay cristales por todas partes. Es el caos total. Las ventanas de todos los edificios de los alrededores saltaron por los aires», añadió la periodista de NRK Ingunn Andersen, que inicialmente pensó en un «terremoto».

«Este es un ataque terrorista. Es el evento más violento que sacude Noruega desde la Segunda Guerra Mundial», dijo el congresista opositor Geir Bekkevold.

Tiroteo en el paraíso

Poco después, y a unos kilómetros del lugar del atentado en la idílica isla de Utoeya,en el fiordo de Oslo, un hombre disfrazado de policía abrió fuego en un campamento de verano del gobernante Partido Laborista, donde unos 600 jóvenes estaban congregados en un campamento de verano de las juventudes socialdemócratas, en la víspera de una visita prevista del primer ministro Stoltenberg.

«Un hombre con ropa de policía llamó a jóvenes diciéndoles ‘vengan aquí’  y los ejecutó sin más», declararon testigos.  Varios jóvenes intentaron huir echándose al agua, señaló la NRK. Según la cadena TV2, que cita testigos, el autor del tiroteo dijo que iba a encargarse de la seguridad de los participantes tras la explosión en la capital noruega.

Anders Behring Breivik, el unico sospechoso arrestado.

El agresor, descrito por la policía como rubio y alto, de aproximadamente 1.90 metros, fue arrestado y el ministro de Justicia dijo que es de nacionalidad noruega. La policía, que inicialmente había informado que diez personas murieron, elevaron luego la cifra de víctimas mortales a 80. Además señaló que los dos ataques están relacionados.

Un testigo dijo que vio al menos 20 muertos en el campamento tras el tiroteo. «Lo vi con mis propios ojos, al menos 20 muertos flotando en el agua», dijo Andre Skeie, de 26 años, por teléfono. Añadió que había ido a la isla en su barco para ayudar a evacuar a la gente del lugar luego de que un hombre abrió fuego.

El subjefe de la policía de Oslo, Sveining Sponheim, dijo a periodistas que el agresor en Utoeya estaba vestido con un uniforme policial pero que nunca había pertenecido a la fuerza.

«Se oyeron muchos disparos. Nos escondimos debajo de una cama. Fue muy aterrador», dijo a la cadena británica Sky una joven que estaba en el lugar.

«Recibí un mensaje de correo que decía: disparan, me escondo», contó el padre de una de las jóvenes que participaba en el campamento de verano.

«Nos hemos intercambiado mensajes de correo. Me dijo que no la llamara para no revelar su posición al que disparaba», añadió a NRK.

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