Yerno del rey de España declara mañana por caso de corrupción

MADRID (AP) — La pesadilla de imagen y relaciones públicas para la familia real española no puede ser peor.

El yerno del rey Juan Carlos será interrogado el sábado por presuntos delitos de corrupción, mientras el país combate un desempleo de casi el 23% y la gente común y corriente hace malabares para que su sueldo le alcance a fin de mes.

Iñaki Urdangarín, marido de la infanta Cristina (la segunda de los tres hijos de Juan Carlos y la reina Sofía), todavía no está formalmente procesado.

Pero su imagen entrando a pie en un tribunal de justicia de Palma de Mallorca, en las Islas Baleares, será un momento histórico: fotografiado, grabado e inmortalizado por centenares de medios de comunicación que han pagado mucho dinero por alquilar terrazas y vivendas aledañas para captar la mejor instantánea posible.

Aunque el sumario permanece bajo secreto, la catarata de filtraciones a la prensa española ha dejado la reputación de Urdangarín por los suelos.

El yerno del monarca está siendo investigado por unos supuestos contratos públicos asignados entre 2004 y 2006 a un instituto sin ánimo de lucro que él presidía y que organizaba cursos y seminarios sobre gestión deportiva.

Según reportes, las facturas estaban exageradamente sobrevaloradas y el yerno del rey podría haber desviado hasta ocho millones de dólares de ese dinero a paraísos fiscales a través de una trama societaria.

La declaración será a puerta cerrada y se celebra en Baleares, porque su gobierno regional, junto al de Valencia, fue la principal fuente de financiación del instituto que dirigía el yerno del monarca.

Además de Urdangarín, el juez investiga a una decena de personas por delitos de falsedad documental, fraude a la administración y malversación de caudales públicos.

Urdangarín está deseando testificar para limpiar su nombre y sostiene que los errores cometidos fueron de naturaleza «administrativa», según dijo recientemente su abogado Mario Pacual Vives.

Pero será difícil convencer a la opinión pública de su inocencia ante tantas informaciones negativas publicadas, que cada día llenan tertulias y programas especiales de televisión. De hecho, aunque sin mencionar a su yerno, el rey ha apelado en discursos recientes al derecho de todos los ciudadanos a la presunción de inocencia.

La infanta Cristina, Urdangarín y sus cuatro hijos se mudaron a Washington en 2009, justo cuando la investigación daba sus primeros pasos prácticamente en secreto.

Urdangarín, ex jugador profesional de balonmano y doble bronce olímpico en Atlanta 1996 y Sydney 2000, trabaja en Estados Unidos para Telefónica.

El caso estalló en los medios a finales del año pasado, probablemente en uno de los momentos más delicados de la economía española en los últimos tiempos.

Ricardo Mateos, un historiador especialista en realeza europea, consideró que la imagen de la monarquía española se ha visto muy dañada por esta investigación. Incluso, aseguró, ha dividido a la familia.

La monarquía registró en octubre de 2011 su primer suspenso en una encuesta del público Centro de Investigaciones Sociológicas, cuyo barómetro se considera la radiografía más precisa de opinión de la sociedad española, indicó que la confianza en la institución cayó a un 4,89 sobre 10.

En 1995, la nota era de 7,5.

En una decisión sin precedentes, el rey apartó en diciembre a Urdangarín de cualquier acto oficial en representación de la corona. La institución calificó su comportamiento de «poco ejemplar».

Mateos explicó que Juan Carlos está todavía muy molesto con su esposa la reina por viajar a Washington y dejarse fotografiar con su hija y Urdangarín en su domicilio a finales del año pasado.

«Además del deterioro de su imagen pública, el daño es también grande dentro de la propia familia», señaló Mateos. «Están muy divididos y atraviesan un momento delicado».

De ser acusado formalmente e incluso condenado después, Urdangarín podría, casi seguro, perder el título de duque de Palma que le concedió el monarca.

De momento, la infanta Cristina no ha sido citada a declarar, aunque Mateos cree que lo lógico es que ella también estuviera al tanto de los negocios de su marido.

Lejos de desaparecer de la atención de los medios, Cristina viajó a España para apoyar a su esposo en este difícil trance.

El caso está en boca de todo el país, e incluso ha encontrado un enorme espacio a la sátira en las recientes festividades del Carnaval.

Por ejemplo, la conocida revista de humor El Jueves publicó un dibujo en su portada en el que se podía ver a Urdangarín y su esposa prácticamente enterrados en billetes de 500 euros.

El titular decía: «Unica conclusión posible. La infanta Cristina es tonta». La caricatura mostraba a la hija de los monarcas sosteniendo un billete en la mano con la siguiente frase: «Como no sale papá (rey), pensaba que eran estampitas».

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