Ladrones aprovechan caos político para saquear tesoros de Egipto

Aprovechando la agitación política en Egipto, los ladrones han aumentado el número de excavaciones ilegales para desenterrar antiguos tesoros de la herencia faraónica.

Las excavaciones ilegales cerca de templos antiguos y en aislados sitios del desierto se han incrementado hasta 100 veces en los últimos 16 meses desde que una sublevación popular derrocó al régimen de 29 años de Hosni Mubarak y la seguridad se vino abajo simplemente porque la policía dejó de hacer su trabajo.

El pillaje es la actividad más común de una ola de intrusiones ocurrida el año pasado en sitios arqueológicos e incluso en el afamado Museo Egipcio de El Cairo, el depósito más grande de artefactos faraónicos del país.

Arqueólogos horrorizados y autoridades de antigüedades están batallando para evitar el saqueo y vigilan de cerca las casas de subastas europeas y estadounidenses en caso de que aparezcan artefactos robados.

«Los criminales se han vuelto tan descarados que están excavando en áreas históricas», incluyendo las Grandes Pirámides en Giza, otras pirámides cercanas y los grandes templos de Luxor, dijo el almirante Abdel-Rahim Hassan, comandante de Turismo y Antigüedades del Departamento de Policía.

«Ya no es un crimen motivado por la pobreza, es simple avaricia e involucra a personas educadas», dijo.

En un país con más de 5.000 años de civilización enterrada bajo sus arenas, las excavaciones ilegales han sido un problema desde hace mucho tiempo. Con un poco de exageración, a los egipcios les gusta decir en broma que pueden excavar donde sea y sacar algo antiguo, aunque sólo sean restos de cerámica o una estatuilla.

Desde que comenzó la revuelta en 2011, se han registrado 5.697 casos de excavaciones ilegales, 100 veces más que en 2010, según datos del Ministerio del Interior obtenidos por The Associated Press.

Los crímenes relacionados también han aumentado: 1.467 casos de comercio ilícito de antigüedades y 130 intentos de traficar objetos antiguos al extranjero. Al menos 35 personas han muerto en incidentes relacionados con las excavaciones ilegales, incluyendo 10 que fueron enterrados vivos en la ciudad de Naga Hamadi en marzo. Otros han muerto en disputas entre los ladrones por dividirse el botín, dijo un funcionario del Ministerio del Interior que no dio su nombre porque no estaba autorizado a hablar con la prensa.

Y esos son sólo los delitos que la policía ha descubierto.

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