SANTIAGO DE CHILE (AP) — Una inusual protesta en ropa interior protagonizaron este lunes decenas de estudiantes secundarios para exigir cambios en la educación, mientras en el colegio más simbólico del país se desarrolló otro hecho insólito: los colegiales desalojaron con sillas y palos a efectivos antimotines que cuidaban el interior del recinto.
El lunes empezó tal cual como finalizó el viernes último: con tomas de liceos, desalojos por parte de la policía, retomas y nuevos desalojos.
Centenares de colegiales, hombres y mujeres, marcharon por la principal arteria de la elegante comuna de Providencia, luego de ser objeto de múltiples desalojos durante la semana última, y se dirigieron a la sede municipal para protestar contra el alcalde Cristián Labbé, un coronel retirado del ejército que fue ministro de la dictadura de Augusto Pinochet.
Los adolescentes se oponen a las órdenes de desalojo firmadas por Labbé.
En la céntrica comuna de Santiago, donde las tomas y desalojos también son la tónica, el alcalde Pablo Zalaquett, también ordenó múltiples desalojos.
La última medida para evitar las tomas de escuelas fue insólita. Los efectivos antimotines ingresaron, con autobús incluido, al interior del emblemático Instituto Nacional. Decenas de muchachos los desalojaron con golpes de sillas y lanzándoles pedazos de palos, y volvieron a ocupar el recinto.
Más enérgicos, las fuerzas especiales los sacaron con gases lacrimógenos y a la salida los fueron subiendo a carros policiales. Cifras preliminares indican que los detenidos bordean el centenar.
«Nosotros aquí no estamos para imponer violencia ni para agredir a efectivos de fuerzas policiales, que son ordenados por una clase política…ocupada en criminalizar los movimientos sociales que buscan cambiar lo que hasta ahora en este país se ha demostrado una inequidad en la sociedad en su conjunto, que nace a base de la educación», declaró el vicepresidente del Instituto, Pablo Zepeda.
La crisis del estudiantado es sólo la continuación de problemas irresueltos el año pasado, cuando después de siete meses de ocupaciones ilegales de colegios y campus universitarios –con la repetición de centenares de alumnos por inasistencia– el gobierno ofreció soluciones que por ahora son teóricas porque son proyectos que siguen tramitándose en el congreso.
Los secundarios fueron los grandes perdedores tras las movilizaciones del año pasado, cuando los universitarios recibieron promesas que se tradujeron en proyectos hoy en el congreso, mientras los colegiales no obtuvieron su gran anhelo: que la administración de sus escuelas salga de las municipalidades y sea retomada por el Ministerio de Educación.
Al lado del Instituto se ubica la casa central de la Universidad de Chile, la más antigua del país, ocupada ilegalmente desde el jueves pasado.
El rector de la Chile, Víctor Pérez, exhortó a los universitarios a desalojar la sede, junto con criticar las soluciones a los problemas estudiantiles puestas en práctica por el presidente Sebastián Piñera.
Pérez afirmó que el gobierno «decidió invertir en educación por la vía de mejorar el financiamiento a la demanda (es decir a los estudiantes) intensificando de paso el rol del mercado y el ámbito competitivo en la enseñanza».
El rector aludió al aumento de las becas y al término de los préstamos bancarios para estudiar, a tasas del 6,5%, sin entregar mayores recursos de base a los planteles superiores. Una agencia estatal asumirá los préstamos, a tasas del 2%.