Conflictos marítimos en Oriente enrarecen el diálogo militar China-EEUU

Pekín, 8 abr (EFE).- El encuentro hoy del máximo responsable de Defensa de EEUU, Chuck Hagel, con sus homólogos chinos estuvo marcado por las diferencias de ambos países sobre los conflictos marítimos que Pekín mantiene con Japón y otros países vecinos.

Las reuniones que mantuvo Hagel con el ministro de Defensa chino, Chang Wenquan, y con el general Fan Changlong, vicepresidente de la Comisión Militar Central, parecían en principio diseñadas para avanzar en la cooperación militar bilateral, pero en ellas quedó clara la existencia de crecientes desacuerdos en política regional.

En la reunión con Chang, precedida de un paso de revista de los dos altos funcionarios a tropas del Ejército de Liberación Popular, las dos partes destacaron la frecuencia con la que han dialogado (los dos llevan un año en el cargo y se han reunido tres veces) pero dejaron claro que encontrarse a menudo no ayudó a limar asperezas.

Éstas se deben a los conflictos que China mantiene con Japón por el archipiélago Senkaku/Diaoyu, que Tokio controla de facto, y el contencioso que Pekín y otros gobiernos del sureste asiático, especialmente el filipino y el vietnamita, arrastran por el dominio de las islas Paracel (Xisha para los chinos) y Spratly (Nansha).

Sobre la primera cuestión, Hagel recordó a la comitiva de periodistas que le acompaña que Estados Unidos protegería a Japón en una hipotética disputa con China, de acuerdo con los tratados bilaterales suscritos entre Washington y Tokio.

Esta afirmación se produjo dos días después de que el secretario estadounidense hubiera comparado el actual conflicto entre chinos y japoneses con el de Rusia y Ucrania, en declaraciones efectuadas el domingo, 6 de abril, en la capital nipona.

«No puede uno redefinir fronteras, violar integridad territorial y soberanía de las naciones por la fuerza, usar la coerción o la intimidación. Ni en islas del Pacífico, ni en grandes países de Europa», destacó entonces.

El secretario de Defensa también criticó hoy en Pekín el establecimiento de una zona de identificación aérea (ADIZ) que China declaró unilateralmente a finales del pasado año, y que se solapa con la que tiene Japón en el espacio aéreo que sobrevuela las islas Diaoyu/Senkaku.

Chang, por su parte, destacó en su intervención ante la prensa que su país «tiene soberanía indiscutible sobre las islas Diaoyu, las Nansha (Spratly) y los mares aledaños».

Añadió que China no dará el primer paso para intensificar su disputa con Japón, pero que está dispuesto a usar sus fuerzas militares para salvaguardar el país.

«Nunca haremos concesiones o comerciaremos con el territorio o con la soberanía, ni toleraremos que se infrinjan lo más mínimo», aseguró el titular de Defensa, quien afirmó que ante amenazas a la integridad territorial «las fuerzas armadas chinas están listas para unirse si se les convoca, y son capaces de luchar y ganar».

El ministro chino también habló de otro tema que enfrenta desde hace décadas a los ejércitos chino y estadounidense, el de la venta de armas a Taiwán, y pidió una vez mas que el Congreso norteamericano deje de autorizar ventas de armas a la isla que se separó unilateralmente de China en 1949.

«La venta de armas a Taiwán viola gravemente los comunicados conjuntos chino-estadounidenses», reiteró Chang.

Las tensiones entre Hagel y los líderes castrenses chinos continuaron en su encuentro con el general Fan Changlong, quien manifestó ante los medios oficiales su desaprobación con los comentarios que el secretario estadounidense dedicó a China antes de viajar a Pekín.

«Le puedo decir, con franqueza, que sus recientes declaraciones en el encuentro de ministros de Defensa de la ASEAN y ante políticos japoneses fueron duras y claramente inapropiadas», señaló Fan, citado por la agencia oficial Xinhua.

Es harto infrecuente que en encuentros oficiales con líderes extranjeros los anfitriones chinos critiquen abiertamente a sus invitados, o que estas críticas sean reflejadas por la prensa oficial.

Aunque EEUU se declara oficialmente neutral en los contenciosos marítimos de China con sus vecinos, los líderes norteamericanos civiles y militares han mostrado en numerosas ocasiones apoyo a Hanoi, Manila o Tokio frente a Pekín, y a la vez han exigido al régimen chino que asuma un papel más «responsable» a medida que asciende como potencia económica y militar.

Para los analistas, ello es consecuencia del giro que Washington dio a su política exterior desde que Barack Obama asumiera la presidencia de EEUU, y que intenta redirigir el foco de las estrategias diplomáticas y militares al Asia-Pacífico, tras décadas en la que su región clave fue Oriente Medio. EFE

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