Recuperación de nieto de Carlotto dispara consultas sobre identidad

Buenos Aires, 7 ago (EFE).- Las Abuelas de Plaza de Mayo han recibido hasta 300 llamadas diarias, cuando lo normal es 15, desde que el nieto perdido de su presidenta, Estela de Carlotto, recuperó su verdadera identidad, informaron hoy a Efe fuentes de la organización.

«Algunos llaman para consultar, otros para aportar datos. En cada caso se los orienta. No paran de llamar«, indicaron.

Esta semana se confirmó por análisis genéticos que un músico de 36 años que fue criado en un medio rural de la provincia de Buenos Aires como Ignacio Hurban es, en realidad, el hijo de Laura Carlotto, secuestrada y asesinada durante la dictadura militar (1976-1983), y Oscar Montoya, uno de los miles de desaparecidos que dejó ese régimen.

Su abuela, la presidenta de las Abuelas, llevaba buscándolo desde que supo que su hija había dado a luz durante su secuestro por fuerzas de la dictadura.

Fue el joven el que, a causa de las sospechas que tenía sobre su origen, se presentó en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi), de la Secretaría de Derechos Humanos argentina, y se sometió voluntariamente a análisis genéticos.

En la Conadi este miércoles se recibió el triple de llamadas que en un día normal, señalaron a Efe responsables del organismo.

La mayoría de consultas a la organización Abuelas de Plaza de Mayo se realiza a través de correo electrónico al área de Presentación Espontánea y el promedio es de unas 15 por día.

Cuando el organismo lleva a cabo alguna campaña de difusión, como la que protagonizaron recientemente los jugadores de la selección argentina Lionel Messi y Javier Mascherano, ascienden a 50.

Pero la aparición de Guido Montoya Carlotto causó un efecto extraordinario y elevó el número hasta las 300.

En la sede de Abuelas, el teléfono no paró de sonar por las llamadas de gente que duda de su identidad, datos, denuncias, saludos a la abuela que acaba de recuperar a su nieto y preguntas de la prensa nacional e internacional.

Por su parte, el secretario de Derechos Humanos, Martín Fresneda, sostuvo que, cuando se generan estos fenómenos como la resolución del caso de Guido, «se produce una mayor confianza en la gente».

Para el funcionario, la emoción colectiva que causó la aparición del nieto de De Carlotto, provoca que quienes aún dudan de su verdadera identidad «quieran ser parte» y aseguró que estos casos «van a motivar la búsqueda».

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