Jerusalén, 9 sep (EFE).- Manifestantes palestinos y agentes de la Policía israelí volvieron a enfrentarse hoy, por tercer día consecutivo, en varios barrios de Jerusalén oriental sin que por el momento se haya informado de víctimas.
Los enfrentamientos, que comenzaron por la mañana y salpicaron la parte este de la ciudad, donde residen unos 300.000 palestinos, están relacionados con la muerte de un adolescente el domingo por heridas sufridas la semana pasada, en un suceso por esclarecer.
Los primeros brotes de violencia se registraron hoy en los alrededores de la Universidad Al Quds, en la aldea de Abu Dis, coincidieron en señalar ambas partes.
Testigos palestinos dijeron a la agencia local Maan que agentes israelíes se desplegaron en la zona desde primera hora y pidieron a los estudiantes que presentasen sus tarjetas de identidad, en lo que consideraron una «provocación».
Los hechos derivaron en un violento enfrentamiento en el que los agentes emplearon equipos antidisturbios contra unos 400 jóvenes que les lanzaban piedras y cócteles incendiarios, informó un portavoz policial.
En los disturbios resultó herido de forma leve un agente de la Policía israelí de Fronteras.
En otro caso, a varios kilómetros, jóvenes palestinos encapuchados lanzaron piedras contra los policías en el campo de refugiados de Shuafat, en una protesta que fue disuelta también por la fuerza.
La ola de violencia que sacude Jerusalén comenzó el domingo con la muerte de Muhamed Sunuqrut, de 16 años y herido en una protesta una semana antes, en un hospital de la parte oeste de la ciudad.
Su padre sostiene que agentes israelíes lo mataron al dispararle demasiado cerca una bala recauchutada y sin que mediara provocación, en tanto que la Policía asegura que se golpeó en la cabeza mientras huía de los agentes en el curso de una protesta.
Horas después del fallecimiento, jóvenes palestinos asaltaban y destrozaban una gasolinera israelí y al día siguiente miles de manifestantes se volvieron a enfrentar con la Policía durante su funeral.
«Supongo que no es el último enfrentamiento (…) Estamos pasando un período difícil», reconoció hoy el jefe de la Policía de Jerusalén, comisario Yosi Pariente, durante una visita a la estación de servicios atacada.
Aun así, el viceministro de Finanzas, Miki Levy, ex jefe policial en la ciudad santa, aseguró que no cree que «la actual ola de violencia derive en una nueva intifada» porque se trata de protestas «espontáneas» que no vienen alentadas y que no están organizadas por ninguna organización armada. EFE