Presidente chino advierte que no tolerará subversión en Hong Kong

Xi Jinping, presidente de China.

HONG KONG (AP) — El presidente de China advirtió el sábado que cualquier actividad en Hong Kong que sea considerada una amenaza para la soberanía y la estabilidad de China será «absolutamente inadmisible». Las declaraciones de Xi Jinping fueron las más duras que haya hecho hasta ahora ante la creciente inquietud independentista en el territorio.

En un discurso para conmemorar los 20 años de la conversión de la cuidad en una región semiautónoma, luego de que China asumió la soberanía de la excolonia británica, Xi reiteró el respaldo de Beijing al esquema de “un país, dos sistemas” bajo el cual Hong Kong controla la mayoría de sus asuntos y mantiene las libertades civiles, como el derecho de libre expresión.

Sin embargo, opinó que Hong Kong tiene que hacer más para reforzar su seguridad y fomentar una educación patriótica, en una referencia velada a una iniciativa de ley cuya aprobación se demoró debido a la oposición popular.

Con sus palabras del sábado, el mandatario chino pareció hacer una advertencia clara a la nueva oleada de activismo en favor de una mayor autonomía, e incluso la independencia, asegurando que no se tolerarán los desafíos al poder del gobierno central de China ni de los líderes de Hong Kong.

Cualquier intento por desafiar la soberanía, la seguridad y la autoridad del ejecutivo chino o de usar a Hong Kong para “llevar a cabo actividades de infiltración y sabotaje contra el continente es un acto que cruza la línea roja y es absolutamente inadmisible”, declaró Xi, momentos después de presidir la toma de posesión de la nueva líder del centro financiero de Asia, Carrie Lam. Ella es la quinta jefa ejecutiva de Hong Kong desde 1997 y la primera mujer en el cargo.

Hong Kong se ha visto inmerso en una ola de agitación política que hizo que decenas de miles de personas salieran a las calles en 2014 para exigir reformas democráticas. Beijing rechazó tales pedidos y Xi indicó que no habrá lugar para cambios de ese tipo en el futuro, lo que frustró a muchos jóvenes y amplió las divisiones en el territorio.

Xi partió de regreso a Beijing tras una visita oficial de tres días que estuvo marcada por las fuertes medidas de seguridad. Horas antes de que la partida del presidente chino, miles de activistas prodemocráticos se reunieron para marchar a través de los distritos comerciales y financieros de la ciudad en demanda de una mayor apertura política y oponerse a la creciente influencia de China en su ciudad.

«Nos dirigimos hacia tiempos difíciles», opinó Jean Pierre Cabestan, experto en política china de la Baptist University de Hong Kong, al referirse a las palabras de Xi, «No creo que él se vaya a rendir y si no se rinde significa que habrá más problemas», agregó. (I)

Por KELVIN CHAN y CHRISTOPHER BODEEN, Associated Press

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