Egipto defiende detención de manifestantes

El Gobierno egipcio tildó de «inaceptable» el comunicado emitido ayer por la ONU en el que expresa su preocupación por las detenciones realizadas desde el inicio de unas insólitas protestas, el pasado fin de semana, contra el presidente del país, Abdelfatah al Sisi.

El portavoz del Ministerio de Exteriores egipcio, Ahmed Hafez, afirmó hoy que es «inaceptable emitir semejantes comunicados por una entidad como la ONU, que debe considerar la minuciosidad» en sus declaraciones.

La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, expresó ayer su preocupación por la falta de garantías procesales en las más de 2.000 detenciones de manifestantes y urgió a las autoridades egipcias a «respetar el derecho a la libre expresión y a reunirse pacíficamente, en cumplimiento de las normas y estándares internacionales».

«Se basa en información no documentada por sí misma, lo que puede provocar equivocaciones ya que las pretensiones que constan en su comunicado se basan en hipótesis erróneas», indicó Hafez en una nota, en la que añade que «juzgar con celeridad refleja la falta de profesionalidad» .

La fiscalía egipcia admitió el pasado jueves por la noche que casi un millar de personas habían sido interrogadas y acusadas desde el inicio de las protestas el pasado 20 de septiembre y que continuaron el día siguiente en el país, aunque no reveló los cargos de los que se les acusa.

Abogados y ONG de derechos humanos informaron de que los cargos contra los acusados son «participar en un grupo terrorista para lograr sus propósitos», «difundir noticias e informaciones falsas», «usar páginas web con el fin de cometer un crimen que amenaza la seguridad y la paz pública» y «manifestarse sin permiso».

Ayer, el empresario egipcio Mohamed Ali llamó, desde la ciudad española de Barcelona, a los egipcios a que volvieran a salir a las calles, lo que finalmente no se produjo.

El Gobierno egipcio reaccionó y blindó el centro de El Cairo, donde se emplaza la plaza Tahrir, icono de las revueltas de 2011 que derrocaron al dictador Hosni Mubarak.

Además, movilizó a los seguidores de Al Sisi, en el poder en Egipto tras un golpe de estado en 2013 y ser elegido en las urnas en 2014, que salieron en masa en el este de El Cairo para apoyar al gobernante. EFE (I)

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