Vicepresidenta de Nicaragua dice que sus opositores son «ridículos» y «minúsculos»

Rosario Murillo y Daniel Ortega. Foto tomada de La Prensa.

La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, tildó este viernes de «ridículos» a los opositores y de responder a «intereses foráneos», en el marco de las manifestaciones antigubernamentales que estallaron en abril de 2018 y que han dejado cientos de muertos.

«Son ridículos, completamente ridículos», señaló Murillo, también primera dama del país, a través de medios oficiales.

Consideró que los adversarios al Gobierno del presidente Daniel Ortega tienen «una completa falta de sintonía, de conexión, con el espíritu de los nicaragüenses, que queremos estar tranquilos» y no con sentimientos de odio o para la destrucción.

«Y eso deben saberlo leer. No se equivoquen. ¡No repetición!», agregó.

Murillo, que ha encajado diversos adjetivos a los opositores desde que estalló la crisis, dijo que en Nicaragua «no reinan los minúsculos corazones llenos de odio, que ya mostraron su capacidad, su afán de destrucción, de sembrar muerte, dolor, sufrimiento»,

«Aquí, en esta patria bendita y libre, el odio, ese odio de los minúsculos, es repudiado por las inmensas mayorías de nicaragüenses. Ese odio, ese delirio, porque es un delirio realmente, una demencia, una locura querer destruir un país, fruto de las ambiciones y del servilismo a intereses foráneos», señaló.

Calificó de delirio, demencia y mucha perversidad el camino que, a su juicio, ha seguido la oposición.

«El odio no tiene cabida en nuestro país. La conflictividad no tiene cabida en nuestro País. Son delirios de la pequeñez espiritual», agregó.

No es la primera vez que la esposa de Ortega se refiere de forma despectiva a los opositores desde que estalló la crisis.

Entre otros, Murillo ha llamado a los detractores del Gobierno de «plagas», «vandálicos», «delincuentes», «terroristas» y «golpistas».

Desde abril de 2018, Nicaragua vive una crisis sociopolítica que ha dejado al menos 328 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque organismos locales elevan la cifra a 651, mientras el Gobierno reconoce 200 y denuncia un intento de golpe de Estado.

Según el informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), adscrito a la CIDH, el mayor responsable de la violencia es el Gobierno de Ortega, a quien responsabilizan de cometer incluso crímenes «de lesa humanidad» en medio de la crisis.

Ligia Gómez, ex alto cargo del Banco Central de Nicaragua, dijo el año pasado ante el Congreso de Estados Unidos que Murillo fue quien ordenó responder «con todo» a las protestas. EFE (I)

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