Polémica reunión muestra poco interés de Bolsonaro por pandemia en Brasil

Presidente Jair Bolsonaro recebe o presidente argentino, Mauricio Macri no Palácio do Planalto durante cerimônia oficial de chegada.

Río de Janeiro, 23 may (EFE).- Mientras Brasil ya sobrepasa los 21.000 muertos por el COVID-19 y se ubica como el segundo país del mundo con más casos confirmados, la divulgación del video de una comprometedora reunión ministerial ha reiterado la falta de interés del presidente Jair Bolsonaro en combatir la pandemia.

En la reunión, donde fueron protagonistas las groserías y los improperios, prevalecieron temas personales del presidente y aquellos que lo hacen salir de casillas, como los políticos que no son de su agrado, pero la crisis por la pandemia pasó prácticamente de largo, algo que fue destacado este lunes en primera plana por los principales diarios brasileños y por analistas políticos.

La polémica reunión de ministros -grabada en video- tuvo lugar el pasado 22 de abril, dos días antes de la renuncia del ministro de Justicia Sergio Moro, quien al abandonar el cargo acusó a Bolsonaro de «interferir políticamente» sobre la Policía Federal, organismo autónomo del Estado brasileño.

A raíz de las acusaciones, la Fiscalía inició una investigación sobre los presuntos abusos de poder de Bolsonaro y, a pedido de Moro, el video de la reunión ministerial fue exigido a la Presidencia y divulgado por orden del decano de la Corte Suprema, Celso de Mello, que supervisa la investigación.

Hace un mes, la situación del coronavirus en Brasil era bastante menor a la actual, con unos 46.000 casos registrados. Hoy, el gigante suramericano suma 330.890 contagiados por el COVID-19, según el último balance oficial.

En el encuentro ministerial, participaron los ministros del Gabinete y era la primera reunión de Nelson Teich, quien entonces se desempeñaba como ministro de Salud, en reemplazo de Luiz Henrique Mandetta, destituido por Bolsonaro por divergencias en la gestión frente al manejo de la pandemia.

Teich, que no alcanzó a durar un mes como ministro, apenas tuvo tiempo para mencionar cuál sería la estrategia a seguir para calmar el miedo de la gente frente al coronavirus.

El oncólogo habló de fortalecer el sistema hospitalario y mostrar que el Gobierno tenía una estrategia a seguir para así demostrarle a la gente que el Gobierno no era «un barco a la deriva».

No obstante, la insistencia del entonces nuevo ministro en la necesidad de mostrar que se tenía control sobre la crisis, no tuvo eco y ningún otro ministro habló sobre estrategias para combatir el virus.

En la reunión, la palabra coronavirus, solo fue mencionada por el presidente y sus ministros en ocho oportunidades durante todo el encuentro y no necesariamente en referencia a la estrategia.

Lo mismo ocurrió con COVID-19, que se mencionó en otras siete.

Otros temas prevalecieron en el encuentro, como la familia y los conocidos de Bolsonaro, o que las fuerzas de seguridad no le pasaran información a tiempo al mandatario y este tuviera que enterarse de las cosas por fuentes «particulares».

También fueron tratados muchos otros asuntos, pero una de las cosas más notables fue la abundancia de las palabrotas y todo tipo de insultos contra adversarios políticos, como los gobernadores de Sao Paulo, Joao Doria, y Río de Janeiro, Wilson Witzel, a quienes Bolsonaro se refirió como «esas mierdas».

Los improperios también se oyeron de algunos ministros, como el de educación que trató de «vagabundos» a los magistrados del Supremo Tribunal (STF).

LAS CIFRAN SUBEN

Las medidas adoptadas por los Gobiernos regionales no están dando los resultados esperados y en las metrópolis que son epicentro de la pandemia las cifran continúan en aumento.

Sao Paulo, el estado más poblado de Brasil, con 46 millones de habitantes, y el que más casos de coronavirus concentra, registró en las últimas 24 horas 272 muertos, y superó la barrera de los 6.000 óbitos, informó este sábado el Gobernador Joao Doria.

De acuerdo con el último balance, la región paulista ya suma 80.558 casos confirmados.

A pesar de que las cifras crecen, la gente no quiere quedarse en casa y la más reciente medida tomada por el Gobierno regional, no ha surtido el efecto deseado.

Sao Paulo adelantó tres feriados de otros meses del año para esta semana con el objetivo de la gente no saliera a las calles, pero los índices registraron que el confinamiento solo ha sido de un 52 % cuando el esperado era de mínimo un 72 %.

Río de Janeiro ocupa el segundo lugar en número de muertos, con 3.657 óbitos.

Aunque la capital homónima tiene tasa de letalidad por COVID-19 del 12,7 %, casi el doble del promedio nacional del 6,5 %, y el sistema de salud pública ya entró en colapso, el alcalde de la ciudad, Marcelo Crivella, quiere comenzar a flexibilizar las medidas de aislamiento social que ha implementado hasta el momento.

Aunque hasta el momento no ha definido nada, el burgomaestre anticipó su intención tras una reunión que sostuvo con Bolsonaro en Brasilia, el jueves.

Los cariocas tampoco han ayudado mucho en los últimos días y han visitado sin reserva las playas de Barra de Tijuca, al oeste de Río, aunque también se les ha visto, aunque en menor proporción por las de Copacabana e Ipanema, las más icónicas de Río. EFE

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