Será un año feliz

Por Alfredo Yánez Mondragón
Caracas, Venezuela

Costará mucho, no hay duda. Necesitaremos madurez, entereza, firmeza y contundencia. Requeriremos de altas dosis de principios; y mucha, mucha capacidad para convertir debilidades en fortalezas.

Nos toca, como nunca antes, revertir los efectos de los prejuicios. Tendremos la responsabilidad de evaluar y contrastar para muy pronto tomar una de las decisiones políticas más importantes de nuestra historia contemporánea. Luego, más allá de los resultados; estamos en la obligación de entender que aun cuando alguno reciba más votos que otros, ninguno calzará la categoría de perdedor, pues todos -candidatos y ciudadanos en ejercicio- saldremos fortalecidos y más unidos que nunca.

Pero el avance no termina allí; ni tampoco la lucha.

Antes de que caigan los disfraces del carnaval; estaremos inmersos en otro tipo de compromiso, el que implica convicción; el que implica realismo; el que exige sindéresis y ponderación.

Viviremos en medio de una campaña extenuante; plagada de provocaciones e insultos por un lado y de promesas incumplibles por otro. Pero cuando se ha labrado tanto, cuando el terreno arado comienza a mostrar los brotes de una siembra ciudadana; esas plagas deben ser repelidas con más y más conciencia democrática.

Lo dicho, no será fácil. Nunca nadie dijo que lo sería. Pero será feliz.

Algunos se empeñan, con sus interpretaciones, con sus predicciones y con su desaliento, en insistir que vamos rumbo al caos, a la barbarie más extendida, a la culminación de una obra de destrucción masiva, en cuanto a la moral colectiva, en cuanto a la identidad como democracia creíble y sostenible. Sin embargo, tenemos los elementos para derrumbar esas tesis.

Los riesgos están ahí, nadie los niega. Los miedos están presentes; nadie los oculta. Riesgos y miedo son elementos humanos y cuando seamos capaces de asumirlos, podremos convertirlos en motivo inspirador para romper con todo aquello que hace de la esperanza un riesgo y de salir a la calle una experiencia de miedo.

Serán 366 días de mucha angustia, para qué negarlo. Estarán llenos de incertidumbre; sobre todo por aquello que puedan llegar a ejecutar los cultores de la barbarie, los hacedores de la violencia, los fanáticos de la anarquía. Pero al mismo tiempo, en una simbiosis inexplicable, serán también 366 días de certeza y convicción en las transformaciones necesarias. Serán 366 días para plantar cara y decretar, más allá de las imposiciones, de las cadenas, de las arremetidas, de las provocaciones, de las trampas y de los fraudes; que de una vez por todas, que por fin, que definitivamente, que irrevocablemente… Este 2012 que comienza, será un feliz año.

Alfredo Yánez es periodista venezolano. Su texto ha sido publicado originalmente por el diario El Universal, de Caracas.

Más relacionadas

2 Comments

  1. AÑO NUEVO, MÁS IMPUESTOS

    El impuesto predial, si bien es cierto, es un tributo de caracter obligatorio
    que debe cumplir el contribuyente (sujeto activo) para que es Estado (sujeto
    pasivo) retrinuya con obras en beneficio de la sociedad. No se puede cada año
    realizar reajustes, reavalúos e incrementar el impuesto predial, sin tener el
    estudio técnico, sin considerar el impacto social que ocacione.

Los comentarios están cerrados.