La remisión de la condena a El Universo

Editorial del diario La Prensa
Managua, Nicaragua

El presidente del Ecuador, Rafael Correa, dio a conocer ayer con gran despliegue mediático su decisión de remitir la condena de tres años de cárcel y multa de 40 millones de dólares, que por acusación de él mismo les fue impuesta a tres directores propietarios y un exeditor del diario El Universo.

La condena sigue viva, la remisión solo suspende la aplicación de la pena, pero de todas maneras se trata de una evidente rectificación del presidente Correa, no obstante que por su talante autoritario no la reconozca como tal e insista en su discurso público que la condena contra El Universo ha sido un gran triunfo personal logrado contra la prensa libre, y aunque presente su decisión como un acto de magnanimidad. No está en el código genético del señor Correa reconocer que se equivocó y mucho menos admitir que ha debido ceder a la presión nacional e internacional de solidaridad con el periódico y los periodistas reprimidos por su gobierno.

Pero lo importante es que el presidente Correa ha decidido no ejecutar la sentencia de encarcelar o mandar al exilio a los periodistas, así como quebrar financieramente al periódico mediante una multa descomunal, para confiscarlo o liquidarlo. Sin embargo, la defensa legal de El Universo continuará el proceso a nivel internacional, reclamando una declaración judicial de nulidad de la condena, puesto que la remisión “no elimina el fallo, solo extingue los efectos de la sentencia en cuanto a la prisión y a la multa”. La lucha de El Universo tiene que continuar, porque, como ha hecho ver el director de la Asociación Ecuatoriana de Editores de Periódicos (Aeedep), Diego Cornejo, “queda un precedente jurídico peligroso para el periodismo. La sentencia rectifica la autoría coadyuvante, que es una aberración jurídica, responsabiliza a terceros por un artículo que alguien firma, lo que implantaría la censura previa”.

En realidad, ha quedado claro que la represión, la censura o la autocensura de prensa en cualquier forma son absolutamente inaceptables por la prensa libre del Ecuador y de cualquier otra parte del mundo. Pero aparte de eso, el caso de El Universo debe ser apreciado por el periodismo independiente latinoamericano como una gran experiencia que debe ser valorada con sentido de autocrítica. Y reconocer que tiene razón el afamado escritor y periodista Mario Vargas Llosa, al escribir críticamente en su más reciente columna de opinión, publicada el domingo pasado en el Diario LA PRENSA, que el periodismo “está lejos de ser siempre un dechado de probidad, templanza y objetividad… a veces sucumbe en el amarillismo… la exageración, la injuria y el libelo…”

Lo cual es cierto, pero no justifica que gobernantes autoritarios atenten contra la libertad de prensa y repriman al periodismo independiente con sentencias cavernarias como la de Correa contra El Universo. La justicia debe proteger a las personas de los excesos eventuales del periodismo, pero con arreglo a la ley, no para satisfacer apetitos represivos y vengativos de políticos autoritarios. Y el periodismo debe reconocer sus errores cuando los cometa y tener la firme voluntad de ejercer la libertad de prensa en el marco de los principios de la ética profesional y del respeto al derecho ajeno.

* Publicado en el diario La Prensa, de Nicaragua, el martes 28 de febrero de 2012.