El mito de devaluar

Por Vicente Albornoz
Quito, Ecuador

Hace poco escuché a un amigo decir que «los mitos son cosas que dan una explicación sencilla (y errónea) para temas complejos pero, como son convenientes para muchos actores, suelen sobrevivir largo tiempo». Sabias palabras que permiten explicar el mito de que en el Ecuador no podemos devaluar porque estamos dolarizados.

La verdad es mucho más compleja que el mito. En realidad, antes, cuando teníamos sucres, no siempre podíamos devaluar y hoy, que tenemos dólares, a veces «nos dan devaluando». Y cuando digo «podíamos devaluar» me refiero a que el sucre se devaluaba porque el Banco Central así lo quería.

Analicemos la primera parte del mito, aquella de que «con sucres sí se podía devaluar». Para eso veamos qué ocurrió, por ejemplo, en 1993, cuando el tipo de cambio pasó de S/. 1845 a 2045 (aclaración para los lectores menores de 25 años: el signo S/. significa sucres). Con esos datos, en teoría, la devaluación fue de 11%.

Pero esa supuesta devaluación fue una ilusión porque en ese mismo año tuvimos una inflación de 31%. Eso significa que a fines de 1993, con un dólar se podía comprar más sucres pero, por culpa de la inflación, a pesar de tener más sucres se podía comprar menos cosas. Por eso, en términos económicos, durante 1993 no hubo una devaluación «real».

El problema es que en el pasado, cuando el dólar subía, los precios le seguían. En otras palabras, la devaluación producía inflación. Por lo tanto, si bien se podía devaluar, esas devaluaciones eran espejismos económicos anulados por el aumento de los precios.

Los países, mientras más pequeños son, menos espacio tienen para devaluar. Muchas veces son fuerzas externas las que definen la cotización de una moneda. Por ejemplo, a Colombia está entrando mucha inversión extranjera (entran muchos dólares). En el mercado libre colombiano hay los mismos pesos, pero más dólares. Por eso, desde enero del año pasado, el peso se ha revaluado en casi 10%. Y todo esto a pesar de que Colombia tiene un Banco Central muy bien manejado.

Pero volvamos al Ecuador y veamos que, a pesar de estar dolarizados, a veces «nos dan devaluando» como ocurrió entre diciembre 2005 y diciembre 2007, cuando el dólar se devaluó frente al euro en 24% y nuestros productos se abarataron en Europa en ese porcentaje. La mala política económica de Bush hizo que la moneda que usamos en el Ecuador se devalúe.

La realidad es mucho más compleja que el mito, pero a algunos les conviene repetir que «estaríamos mejor si pudiéramos devaluar», aunque siempre fue muy limitada nuestra capacidad de hacerlo. El mito de la devaluación puede usarse para justificar las altas importaciones o el bajo crecimiento de las exportaciones no tradicionales. El mito puede ser conveniente, pero es totalmente falso.


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