Dos monopolios

Por Vicente Albornoz
Quito, Ecuador

Esta semana y de un plumazo, se crearon dos monopolios, ambos relacionados con el canal del fútbol. Es el momento de implementar la famosa ley de control del poder del mercado.

Un monopolio existe cuando una empresa es el único proveedor en un mercado. Hoy, en el mercado de “derechos de transmisión de partidos de fútbol de la primera división del Ecuador” hay un solo proveedor, popularmente conocido como “el canal del fútbol”. Eso, en términos económicos es un monopolio. No importa cómo se lo vea, cuando hay un único vendedor de algo, es monopólico.

Y ha sido creado públicamente, a vista y paciencia de todos los ecuatorianos, muchos de los cuales son fanáticos del fútbol.

Los monopolios son malos para la sociedad porque, en términos generales, producen menos o a mayor precio. Cuando una sociedad se enfrenta a un monopolio, hay dos maneras de actuar. La primera es generar competencia y la segunda es imponer controles. Cuando no se puede generar competencia lo más común es regular precios. Por eso es que muchos “monopolios naturales” como el agua potable o la luz eléctrica tienen precios regulados. Claro que fijar precios es algo tremendamente complejo porque si se fija un precio demasiado bajo se está desincentivando la producción, mientras que si se lo fija demasiado alto se está afectando a los consumidores.

Pero cuando sí se puede fomentar o fortalecer la competencia, esa es la mejor solución porque se ahorra el complicadísimo ejercicio de la fijación de precios y se garantiza la correcta asignación de los recursos en la economía.

En el caso del canal del fútbol, regular sería innecesario, pues hasta hoy existían varios equipos que competían no solo en las canchas, sino también por vender al mejor postor los derechos de transmisión de sus partidos. Por otro lado, un canal de televisión podía comprar los derechos de transmisión de uno, de varios o de ningún equipo, según su mejor conveniencia.

Hoy, o se compra todo el paquete (y al precio que pida el monopolio) o no se compra nada.

Pero ese no es el único monopolio que se creó. También se creó un único proveedor de “espacios publicitarios durante las transmisiones de partidos de fútbol de la primera división”. Hoy, si usted quiere anunciar algo en un partido de fútbol tiene que ir al único proveedor que existe: la televisión estatal (que si bien son dos canales, tienen un mismo dueño).

Hace un año se aprobó una ley para fomentar la competencia. Ya existe una superintendencia destinada a aplicar la ley. Creo que podrían lucirse interviniendo en un caso tan emblemático como este y prohibiendo que todos los proveedores de un servicio se unan y creen dos monopolios.

Prohibir esta concentración del mercado sería sencillo, eficiente y ejemplarizador.

* El texto de Vicente Albornoz ha sido publicado originalmente en El Comercio.

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