Respeto, sí, pero mutuo

Jesús Ruiz Nestosa
Salamanca, España

Al mediodía se reunió la cúpula política y militar en la que se trataron “temas de interés nacional”; es todo lo que se supo. Luego, como ya estaban reunidos, decidieron ir todos juntos a preguntar por la salud del presidente y cuando llegaron al hospital, ¡oh sorpresa!, el “comandante presidente” había muerto. Qué buenos tienen que haber sido los médicos que lo cuidaban y qué eficiente el sistema de monitoreo que nadie se dio cuenta de que el ilustre paciente estaba dando sus últimas bocanadas. Como en la sala de espera del hospital la televisión ya había colocado todas sus cámaras y las radios sus micrófonos, aprovecharon la oportunidad para dar la noticia “en cadena”. Esto es eficiencia.

Nicolás Maduro, presidente hereditario, tal como lo tiene previsto el protocolo para estas ocasiones, informó con palabras entrecortadas por el llanto a los venezolanos que “el presidente comandante Hugo Chávez ha muerto”. No dejó pasar la oportunidad para echarle la culpa a “los enemigos de la patria” y al “imperialismo” de su enfermedad, alegando que el cáncer que lo llevó a la tumba le fue inoculado por esos enemigos. Como apoyo de su teoría, dijo que el líder palestino “Arafat también había sido envenenado con polonio 90”. Pidió que la Historia, así con mayúsculas, porque en estos regímenes todo es grandilocuente, algún día dé su veredicto y señale con el dedo a quienes mataron a Chávez del mismo modo que, en su momento, Simón Bolívar fue envenenado por sus enemigos.

Olvidó, presionado quizá por el dramatismo del momento, que Chávez había ordenado exhumar el cadáver de Bolívar en su presencia, y como los análisis no fueron favorables a sus intereses, no habló más del tema.

Maduro quiso asestar su golpe de efecto expulsando a dos militares norteamericanos de la agregaduría militar de su embajada por estar conspirando. Se les descubrió tratando de averiguar cuál era el verdadero estado de salud del presidente. Claro que no es tan grave como lo que hizo el propio Maduro en el Paraguay cuando pidió a los militares que dieran un golpe de Estado para reponer a Fernando Lugo en la presidencia después de haber sido destituido por el Congreso, previo juicio político. Maduro conoce, pues, la situación, tanto desde el que expulsa como del que es expulsado.

Se comprende que los seguidores de Hugo Chávez pidan a quienes no son “incondicionales bolivarianos” que respeten el duelo que están observando. Es un gesto de humanidad que debemos observar todos. Del mismo modo que quienes no comulgamos con sus ideas también pedimos respeto no a nuestro duelo, sino a nuestro intelecto al tratar de convencernos de situaciones escandalosamente descabelladas con las que buscan justificar sus acciones políticas.

Maduro dijo que Chávez murió por amor a su patria pues era tan grande el amor que sentía por Venezuela que descuidó su salud. En realidad, lo que hizo Chávez fue refugiarse en Cuba porque allí sentía que estaba “en medio de la revolución socialista”, en lugar de viajar a centros oncológicos de primer nivel en cualquier parte del mundo y a los que no fue por temor a que el “imperio” lo matara.

En realidad, se murió sin lograr que el “imperio” le prestara la más pequeña atención y al que le siguió vendiendo su petróleo porque con esos “petrodólares” estaba financiando su revolución y con ese dinero compraba adhesiones en otras regiones del continente (Bolivia, Argentina, Uruguay, Ecuador, Brasil, Nicaragua, Cuba), en lugar de encarar políticas que produjeran un desarrollo verdadero en su país en lugar de alentar políticas populistas.

Su herencia será un trago duro: deja un país endeudado a niveles escandalosos, una inflación que ronda el 30% anual, una de las más altas del mundo, un nivel de violencia (21.000 muertos el año pasado) que supera a México y Colombia, y un mito, la de su persona, su egolatría, que le llevó a decir en 2009: “Después de mí, el vacío, el caos”, compitiendo con el autócrata Luis XIV, para quien “Después de mí, el diluvio”.

* Jesús Ruiz Nestosa es periodista paraguayo. Su texto ha sido publicado en el diario ABC Color de Paraguay.

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7 Comments

  1. mucho que comentar…

    Una de las ironías que más les duele: sostener su «revolución» con los verdes dólares del «maldito imperio» !!

  2. Culpando a terceros, solo se encubre a los cubanos que científicamente no pudieron contra el cáncer de Chavez;
    Ahora el Presidente Irani acusa abiertamente a los gringos de la muerte de Chavez, haciendo eco lo que dijo Maduro y sostuvo Chavez hace unos dos años;

    Durante la agonía de Chavez, sus amigos y colaboradores (Maduro, Diosdado, Evo, la Kirchtner y otros), lo único que hicieron es encubrir la verdad y mantener la mentira al pueblo venezolano. Claro, tenian que buscar culpables y facilmente lo encontraron.
    Dejenlo que descanse en paz.

  3. Culpando a terceros, solo se encubre a los cubanos que científicamente no pudieron contra el cáncer de Chavez;
    Ahora el Presidente Irani acusa abiertamente a los gringos de la muerte de Chavez, haciendo eco lo que dijo Maduro y sostuvo Chavez hace unos dos años;

    Durante la agonía de Chavez, sus amigos y colaboradores (Maduro, Diosdado, Evo, la Kirchtner y otros), lo único que hicieron es encubrir la verdad y mantener la mentira al pueblo venezolano. Claro, tenian que buscar culpables y facilmente lo encontraron.
    Dejenlo que descanse en paz.

  4. Muy buen artículo. Eso !! Respeten nuestro intelecto que aquí, en «mashilandia», creen que somos pendejos. . . NOOOO! No lo somos !

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