El legado militar de Chávez

Alberto Molina
Quito, Ecuador

Pese a los inmensos ingresos producto de los fabulosos precios del petróleo; actualmente en Venezuela hay escasez de todo, especialmente de alimentos básicos (leche, carne, harina, azúcar), de agua, de electricidad; incluso de jabón y hasta  de papel higiénico; la inflación acumulada es de más del 20 %; qué hablar de la violencia, Venezuela es uno de los países de mayor inseguridad de Latinoamérica y su capital Caracas una de las más violentas del mundo.

En referente a lo militar, la Constitución de Venezuela en su Art.  328, dice: “La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política, (…). En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna…”. No obstante de esta norma, las Fuerzas Armadas venezolanas se encuentran totalmente politizadas y su grito emblemático es “Socialismo, Patria o Muerte” y de acuerdo a un ex-Ministro de Defensa: “Las Fuerzas Armadas venezolanas se encuentran casadas con el proyecto político del Presidente Chávez” y ahora de Maduro,  su sucesor. Chávez  para controlar a sus adversarios -civiles y militares- creó una poderosa red de informantes para delatar a sus opositores desde los Comités para la Defensa de la Revolución (CDR), las Milicias Populares y un Servicio de Inteligencia Militar que estaba bajo su control y mando.

En sus 14 años de gobierno dividió a la sociedad venezolana; creó grupos de garroteros que son guardias de choque como las llamadas células de “militantes revolucionarios” (bandas callejeras armadas) y las Redes de Movilización Inmediata (REMI) que las utilizaba para amedrentar violentamente a sus adversarios. Chávez hizo de la política un imperio de odio.

Normalmente las Fuerzas Armadas en un país democrático no se hallan en función de un partido o grupo político ni de un proyecto de estos, ni en función del Gobierno de turno, sino en función del Estado.

En realidad, sólo los regímenes totalitarios suelen identificar los intereses del caudillo y del partido en el poder con el interés público.

Las instituciones armadas deben estar por encima de los intereses coyunturales de cualquier partido o del Gobierno de turno; se deben a la nación y tienen que responder a los intereses permanentes de sus ciudadanos.

Chávez hizo alarde ante la faz del mundo que Venezuela  está armada hasta los dientes; el armamento sofisticado  comprado, especialmente  a  Rusia y China,  tiene un costo demencial de  alrededor  de 6.000 millones de dólares.

Para rematar, las declaraciones del Almirante Diego Molero (en servicio activo), Ministro de Defensa, me relevan de cualquier comentario: “La Fuerza Armada está unida plenamente a este sentimiento bolivariano y revolucionario de nuestro comandante Hugo Chávez, y se hace solidaria, en cuerpo y alma, en forma incondicional, con esa ideología».

Habrá que poner, en nuestro país, un cerco “cívico-sanitario” para evitar un contagio.

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