¿Y el Yasuní?

Víctor Cabezas

Víctor Daniel Cabezas
Quito, Ecuador

El discurso de coyuntura y de carácter mediato es uno de los elementos más nocivos para la democracia; en nuestro país observamos como los eventos, los personajes y los estados generan atención, tanto de la prensa como del gobierno y la ciudadanía, de forma intermitente; el debate se torna muy intenso en el momento en el cual la coyuntura aprieta, sin embargo se torna débil y casi inexistente cuando el clímax del suceso pasa.

Hace pocos meses el Yasuní ocupaba primeras planas, entrevistas, análisis y opinión; hoy en día a penas podemos encontrar algo relacionado al tema en los distintos medios de comunicación.  La noticia más allá de su importancia substancial es importante por el clímax del momento en el cual salé a flote. En nuestro país el debate tiende a ser sensacionalista, momentáneo y fácilmente sustituible por otro evento que desplaza intereses, cambia el rumbo del discurso y hace que esa noticia que parecía de trascendente importancia, sea relegada al archivo.

Invito a los lectores a pensar en todos los temas de interés nacional que causaron gran polémica, ocuparon espacios editoriales, llenaron de tinta los dedos y después pasaron a un olvido de silencio, a un olvido patrocinado por el repentino aparecimiento de otro evento, de otro tema, de otro discurso.  Hace poco fue el Yasuní,  ayer fue la calificación de las Universidades Ecuatorianas por el CEAACES, hoy será Código Integral Penal y todo pasa sin quedar y se reemplaza con la misma facilidad con la cual desaparece.

En mi opinión, nuestro país tiene grandes temas de debate, temas que no pueden ser presas del sensacionalismo del momento, temas que deben tratarse no solo en el momento del clímax sino en el diario acontecer de los ciudadanos. El debate sobre cuestiones trascendentes debe ser perenne y no obedecer a los períodos de máxima sensación o clamor de la sociedad en torno a los mismos. 

A mi parecer este fenómeno  de la inmediatez y el discurso de coyuntura, obedece a una tendencia social que estamos viviendo en Ecuador, donde ponderamos más allá de la sustancia, el discurso generado a su alrededor; donde no es tan imperativo la obra  sino mas bien la manera en como se nos presenta, lo que se dice a su alrededor; ¿Es que acaso quienes defienden los temas de coyuntura lo hacen guiados por frívolos e impulsivos sentimientos mediatos?  Lo peligroso es que la tendencia al editorialismo y a la opinión de coyuntura, que no podemos cambiar, termine cambiándonos como sociedad.

Otros textos de Víctor Daniel Cabezas publicados en LaRepública:

Los sentimientos como voluntad y anticipación

Con proyectos, no personas

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