Gracias

Juan Jacobo Velasco
Manchester, Reino Unido

Parece que está demás, pero no. Amén de los consabidos saludos a los votantes, a la gente que los apoyó en la campaña y a sus familias, los candidatos ganadores de Alcaldías y Prefecturas, junto a los nuevos consejeros y concejales, deben hacer un explícito agradecimiento a varios personajes y/o hechos que, a juicio de muchos, tuvieron una incidencia determinante en los resultados de este domingo 23.

Debieran empezar dándole un gracias enorme al gran elector nacional que es Rafael Correa. Su incidencia fue fundamental para todos los ganadores. Bien digo, para todos. Verdeflexes y demases, son tributarios de las decisiones y el estilo que implementó el Presidente. En esta campaña se paseó, más que en ninguna otra, como jefe del paisito, por encima de cualquier tipo de restricción, jurídica o simbólica, expresando quiénes eran traidores, invitando a votar nulo, despertando conciencia de las amenazas a la revolución y lo maravillosos que eran sus candidatos. En fin, todo un ejemplo de civismo y prescindencia de un primer mandatario en democracia. Los verdeflexes deben agradecer por haber sido ungidos y gozar del poder del Estado. Los no-verdes fueron beneficiados por lo opuesto: haber sido objeto de escarnio estatal, que dejó claro que la independencia de los organismos locales estaba en serias dudas. Sugiero a todos los ganadores organizar una romería a Carondelet, como la selección de fútbol, para estrechar, con manos agradecidas, las del jefe de campaña de todos.

El segundo gracias debe ser para Bonil. Amén de Correa, ningún personaje fue tan determinante en esta campaña, cambiando su dinámica. Defendió el derecho a la independencia de conciencia, a recuperar esa sana costumbre –el humor- que nos hace más humanos. Y, por ende, a perderle el miedo al poder. Bonil demostró que con apenas un lápiz, un papel, muchísima dignidad e infinito humor, se puede dejar desnudo al rey.

Un agradecimiento debe dirigirse al CNE. Aunque resulte medio difícil. El CNE parecía desaparecer cuando el líder le decía que iba a hacer su regalada gana. ¿Existe el CNE o solo vive su espíritu? Porque entonces los ganadores deberían publicar un “gracias al CNE” como cuando se agradece a los santos por la intercesión. Paredes fue un actor gravitante en esta campaña por su irrelevancia para AP-importancia para el resto. Algo que dejó marcada la sensación de una campaña asimétrica.

Lo de Venezuela fue un llamado de alerta enorme que incidió en el resultado. Pero nadie puede agradecer las muertes, la polarización, ni el dolor. Solo recordar y rezar para que no ocurran acá.

Finalmente, debe haber un gracias más explícito a nuestros héroes anónimos: los ciudadanos. Demostraron, en los hechos, lo que implican los conceptos altivo y soberano. La gente diferencia a la hora de elegir alcaldes y prefectos, votando por combinaciones que significan apoyos o desafectos respecto de la línea de Gobierno. Y eso no implica traiciones. Solo democracia.

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