El palo y la zanahoria

;aríasol Pons

En el mundo actual esta teoría estaría migrando hacia paradigmas más actuales con respecto la “motivación intrínseca” del ser humano. Sin embargo, al leer un libro acerca de los aspectos psicológicos y sociológicos que involucra esta teoría me es inevitable terminar viendo esta teoría plasmada en absolutamente todo lo que hace el gobierno de Alianza País en nuestro país.

Es natural que el Estado, como ente “neutral” de orden para un sociedad determinada imponga a través de su cuerpo legal normas a las cuales sus miembros se han de acoger voluntariamente o no. Lo que no es natural es que el gobierno, léase aquellos individuos que temporalmente ocupan un cargo dentro de la estructura formal del Estado-Nación, incorporen tanto en su pensamiento como en su retórica diaria el principio del palo y la zanahoria para con toda la ciudadanía.

En síntesis, aquí en Ecuador, si los gobernantes actuales desaprueban acciones entonces castigan. Reflexionemos; ¿cuántas personas naturales y jurídicas no son o han sido castigadas por el gobierno? El “castigo” puede ser de múltiples formas.

En la crisis económica real que estamos viviendo, la cadena de pagos atrasados a proveedores del estado amenaza con quebrar a muchas empresas. Lo más grave de la situación, además de la precaria situación financiera en la que se encuentra el Ecuador, es la visión del presidente de que la teoría del palo y la zanahoria será el motor que nos saque adelante de esta crisis.

Tomemos por ejemplo el caso de SOLCA. A SOLCA el estado le debe 130 millones de dólares según se ha informado en la prensa. S.O.L.C.A (Sociedad de Lucha Contra el Cáncer del Ecuador) una institución de derecho privado con finalidad de servicio público fundada en 1951, del mayor respeto que cabe no sólo por su trayectoria sino por el profesionalismo de quienes la conducen y quienes la conforman. Cualquiera que haya tenido la desgracia de tener un familiar o conocido hospitalizado en esta institución, y digo desgracia porque si llega a esa institución es porque ha tenido la mala llamada de la vida de padecer cáncer, ha tenido también el consuelo de llegar a una institución seria y competente como es SOLCA.

En días anteriores vimos el comunicado de sus administradores solicitando una reunión con el Presidente de la República para tratar el tema de la deuda que tiene el Estado con SOLCA para evitar que esta valiosa institución cese sus tratamientos debido a la falta de recursos económicos. La respuesta del presidente no ha dejado de impresionarnos, el tema no le parece “interesante”, aconseja a los directivos de dicha institución a “no prestarse a politiquerías” y por último les ha dicho que si no pueden mantener la institución se las entreguen al Estado para que ellos la manejen.

Incrédulos nos preguntamos, si el estado no puede pagar a SOLCA esos 130 millones que le adeudan por servicios médicos prestados entonces ¿cómo creen que pueden conducirlos? Por qué mejor no admitir que para el bien común él debería sentarse a acordar un plan de pagos. Eso seria mucho más beneficioso que un presidente que quiere castigar a una gran institución sólo por solicitar, de manera comedida, que se le paguen los montos adeudados para continuar con su misión de combatir el cáncer en el país, pues debemos recordar que SOLCA tiene seis hospitales a nivel nacional.

Luego de pensar en el castigo y el premio yo pregunto, ¿por qué se los castiga? ¿Es un tema de ego o de norma social/legal? Quienes manejan poder, ya sea dentro de una empresa o un Estado e inclusive en el hogar que es la la expresión más esencial en la formación de la sociedad deben y debemos recordar que nuestras preferencias personales deben ser dejadas de lado frente al bien común. Volver a lo básico, al hecho de ser seres humanos principalmente para poder reconectar con el propósito original de existir nos hace bien para revisar nuestro comportamiento. La teoría del palo y la zanahoria está migrando a nuevos paradigmas en una sociedad cambiante. Toca actualizarse.

 

 

 

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