El foro de atracadores

El Foro fue creado en 1990 por el Partido de los Trabajadores liderado por Lula da Silva, como un espacio de reflexión de la izquierda latinoamericana frente a la caída del Muro de Berlín y el colapso del imperio soviético, por un lado, y el triunfo de la democracia liberal, por el otro, y sus efectos en la región. Con los años se convirtió en el referente ideológico no solo de la izquierda brasileña, sino de esa pléyade de líderes que habrían de llegar luego al poder por la vía electoral, tales como el propio Lula, Chávez, Maduro, Ortega, Correa, Morales, Bachelet, los Kirchner, Lugo, y otros.

El reciente allanamiento a la casa de Lula, así como su detención para ser interrogado, es simplemente el último de unos capítulos que han teñido de vergüenza a la política brasileña, y que probablemente termine en la remoción de la presidenta de ese país. Ya no son solo uno o dos indicios aislados los que tiene la Fiscalía federal brasileña en contra de Lula y los jerarcas de su partido sobre una gtigantesca red de corrupción que involucra a las compañías Petrobras y Odebrecht, así como a poderosos legisladores y políticos. Lo que ahora la Fiscalía tiene son muchísimos indicios, todos ellos graves, contundentes e inequívocos (conversaciones telefónicas, correos, declaraciones de testigos, oficios, etcétera) y que apuntan a que esa red de prostitución política fue solapada y orquestada directamente por Lula, y de la cual él se benefició personalmente. Días antes ya había sido detenido el gurú de la publicidad política y de la campaña electoral de Dilma Rousseff.

Ha sido una investigación larga y complicada, con ramificaciones internacionales, pero bastante profesional. Liderada por el fiscal Carlos dos Santos Lima, con el apoyo de la Policía federal, y bajo la supervisión de un juez federal, las pesquisas llevarían a la propia Rousseff. Después de todo, la red de corrupción de Lula se montó cuando ella era encargada del área energética bajo su segunda administración.

No deja de llamar la atención que estando la citada empresa constructora en el epicentro de un gigantesco esquema de coimas, tanto en Brasil como fuera de él, y por varios años –al extremo que su presidente está preso–, en el Ecuador se le permita participar en contratos públicos como si nada. Algo que en muchos países le estaría vedado hacer.

En fin, ¿pueden imaginarse lo que sucedería en nuestro país con jueces y organismos de control tan independientes y profesionales como los que hay en Brasil? (O)

* El texto de Hernán Pérez Loose ha sido publicado originalmente en El Universo.

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