El Verdadero Legado de Kobe Bryant

Se acabó la cuenta regresiva hacia una de las despedidas más amargas en la historia del deporte en general, por más duro que sea, no veremos más de Kobe Bryant en la NBA.

No descubro nada si remarco los títulos o éxitos de Kobe Bryant, ya que son muchos y honestamente no me los sé todos, pero creo que cabe recalcar que fue 5 veces campeón de la NBA, 2 veces MVP de las finales, 18 veces miembro del All-Star (11 de ellas consecutivas) y dos veces campeón olímpico. Bryant fue un jugador que además de ser exitoso, demostró un sentimiento admirable de fidelidad hacia su equipo, jamás consideró abandonarlo, los Lakers eran su familia. También lo fue el uniforme de su país y por eso representó de la mejor manera a Estados Unidos en mundiales de esta disciplina y en los Juegos Olímpicos.

Bryant no la tuvo fácil, problemas físicos marcados por lesiones trataron de sabotear su carrera en más de una ocasión, pero nunca fueron capaces de detenerlo. “Black Mamba” se levantó de cada golpe que sufrió en el camino, aupado por un ávido deseo de superación que marcó su carrera como profesional.  Si realmente buscamos razones que expliquen el éxito de Bryant dentro de las canchas, tenemos que mirar fuera de ellas. El motivo por el cual Kobe llegó a ser uno de los mejores deportistas de las últimas décadas, es su impecable ética de trabajo, que auspició su crecimiento como deportista y como persona. Una ética que consistía en un deseo insaciable de alcanzar la perfección, Kobe buscaba empecinadamente perfeccionar cada uno de sus pequeños fallos a través del trabajo duro.

Esta ética de trabajo de Kobe, creo yo, puede ser descifrada claramente tras conocer dos anécdotas, narradas por gente que trabajó con él durante su carrera. La primera de ellas, la cuenta un entrenador de atletas profesionales conocido entre sus amigos como ‘Rob’. Dicho entrenador, había ya trabajado como fisioterapeuta de grandes estrellas de la NBA como Carmelo Anthony y Dwayne Wade, antes de conocer al gran Kobe Bryant. Invitado a asesorar la práctica del equipo de Estados Unidos que iba a disputar los Juegos Olímpicos de Londres, Rob charló un breve momento con Bryant y le comentó que si algún día necesitaba su ayuda, lo llamara sin pensarlo. Pocos días después, el entrenador recibió una llamada cerca de las 4am, era Kobe y necesitaba su ayuda. Bryant le pidió que acuda al centro de entrenamiento, a asistirlo con un trabajo de ejercicios físicos. Luego de 45 minutos, el fisio se despidió, mientras Kobe se quedó en la pista practicando tiros. A la mañana siguiente, cerca de las 11am, cuando el equipo estaba convocado al entrenamiento, Rob llegó y vio que Kobe ya estaba ahí, sudado como si hubiera salido de una piscina. Bryant se le acercó, le agradeció por su ayuda y se entabló la siguiente conversación:

-¿A qué hora terminaste, pudiste dormir algo?

-¿Terminar qué cosa?, Bryant respondió.

-Que a qué hora dejaste de entrenar.

-Oh, pues justo ahora. Quería encestar 800 canastas antes del entrenamiento y recién he acabado, ahora ya puedo empezar el entrenamiento con el equipo”.

La segunda historia que refleja el deseo de trabajo y esfuerzo que tenía Bryant, la cuenta Blake Griffin, otra figura de la NBA, de esta manera: “Sobre Kobe, hay una historia en especial que me impresionó. Me contaron que estaba en Italia y llamó por teléfono a Marco Belinelli (otro jugador de la NBA) a la una o dos de la madrugada para preguntarle si sabía de un gimnasio en el que pudiese entrenar un poco. Marco encontró uno y fue con él a lanzar un rato. Pero Belinelli acabó diciendo que pensaba que iban a tirar unas cuantas veces y ya está, no a hacer un entrenamiento completo”.

La ética de trabajo de Kobe nos enseña que no existe trabajo fácil, que toda profesión conlleva mucho esfuerzo, dedicación y sacrificio. Enseña que no puede haber éxito sin un arduo trabajo y que los logros llegan solos cuando se los busca con determinación. Me da pena cuando escucho a alguien decir: “Que suerte tienen los deportistas, ganan millonadas sólo por jugar con una pelota”, es realmente una lástima, porque no saben que toda profesión es sagrada y dignificante. Ese es el verdadero legado de Kobe Bryant, una forma de vida que deja en evidencia que el esfuerzo siempre viene remunerado con una inexorable cadena de éxitos y que no es ajena a ninguna profesión. El deporte es sagrado y Kobe Bryant, sin ninguna duda, es uno de sus mejores exponentes.

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