El limbo de las finanzas electorales ecuatorianas

Martina Vera

Aquella es una pregunta que encuentra algún tipo de respuesta en países como Chile, Uruguay, Alemania y España donde ingresando en la página web de las distintas organizaciones políticas y sociales se puede conocer de manera parcial sus estados de cuenta, ingresos, egresos y contribuyentes en años electorales y no electorales. Aunque esa práctica no elimine sospechas de que los más grandes financistas de diversos partidos permanezcan ocultos, sí permite a los ciudadanos poner ese cuestionamiento sobre la mesa partiendo de una base informativa y no del absoluto desconocimiento. En Ecuador la realidad es otra. El cuestionamiento financiero es uno que pocos plantean y al que nadie quiere proporcionar una respuesta.  Información de esa índole no solo no consta en las webs  de los distintos movimientos políticos, sino que no se proporciona de manera íntegra a quienes la reclaman a través de la autoridad competente: el CNE. ¿Porqué carecemos de verdadero acceso público a estos datos?

Dime con quien andas y te diré quien eres

La política no es más que el reflejo de lo cotidiano. Es por eso que el famoso refrán materno de “dime con quien andas y te diré quien eres” se puede extrapolar a ella a nivel mundial a la hora de conocer quien o quienes la financian. Esa información, nos permite dibujar un pronostico de cuales son algunos de los intereses que defienden las organizaciones que nos representan. Si bien el tema financiero no es el único ni quizá el más importante factor que define el accionar de distintos movimiento, esa información es de claro interés público,. El propio Código de la Democracia ecuatoriano reconoce esta realidad a través del articulo 211, que obliga al Consejo Nacional Electoral a publicar la información financiera que le entregan todas las organizaciones políticas nacionales en su portal Web, antes y después de un proceso electoral. Sin embargo, esa información no está disponible. Según el CNE pese a que las ultimas elecciones se celebraron hace más de dos años, en febrero del 2014, el pleno de esa entidad aún revisa las cuentas. Los principales partidos del país, tampoco son capaces de proporcionarlas en detalle.

Alianza PAIS, CREO, PSC, Sociedad Patriótica y Avanza no transparentan su listado de contribuyentes en las campañas del 2014 cuando lo solicitamos, pese a que esa iniciativa debió generarse de manera proactiva y no reactiva. La gran mayoría de esos partidos arguye que esa información está en regla por cuanto fue presentada ante CNE y aprobada por ese órgano. El Consejo Nacional Electoral, responsable de auditar las cuentas de esos y otros partidos dispone de esa información pero alega no haber atravesado todos los procesos administrativos necesarios para facilitarla. ¿Quién sino ellos puede y debe proporcionar acceso a esa información? ¿Porqué es tan complejo obtenerla en una supuesta democracia?

Reclamar transparencia

En países como Chile, Uruguay y Alemania, la información financiera de algunos movimientos políticos es de libre acceso a través sus paginas web y de las entidades rectoras de procesos electorales sin necesidad de solicitarla. En España, la publican todos  los partidos políticos. Ese ejercicio nació a raíz de la critica y el malestar de ciudadanos hastiados de escándalos de corrupción pública y política, así como de enriquecimiento ilícito en plena crisis financiera. En Ecuador la ciudadanía no ha ejercido un papel critico y demandante tan activo como el español todavía y aquello dificulta que se transparenten cuentas que ni los partidos políticos ni el Consejo Nacional Electoral tienen la voluntad de publicar. Nuestro país vive una disyuntiva ligeramente similar a la que llevó a la ciudadanía española a reclamar mayor transparencia en las finanzas de los partidos que los representan y mal representan. Afrontará un proceso electoral general sumido en aguda crisis económica y con dudas legitimas sobre el manejo de los fondos públicos y de no reclamarse mayor transparencia, continuaremos sumidos en el limbo de las finanzas electorales ejerciendo el voto a ciegas. ¿Sobreviviría el Ecuador a otra odisea?

 

 

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