El aborto: enemigo de la mujer y el feminismo

Las razones:

El aborto perjudica a la mujer: Son numerosos los estudios que confirman que el aborto aumenta el riesgo de contraer cáncer de mama en un 40% (Huang Y, Zhang X, 2013), aumenta el riesgo de tener futuros partos prematuros, riesgos y complicaciones del mismo aborto como lesiones y desgarros. Los estudios demuestran que el aborto está asociado con trastornos alimenticios, de depresión y ansiedad, frigidez, abuso de alcohol y drogas entre otras secuelas producidas por el trauma que supone acabar con la vida del propio hijo.

Por ello, se ha demostrado que la tasa de mortalidad es 3,5 veces superior en las mujeres que han abortado frente a las que han dado a luz.

Un estudio finlandés (Gissler, 1997) llegó a la siguiente conclusión: mientras el embarazo, el parto y la maternidad tienen un efecto protector sobre la salud de la mujer y favorece su supervivencia, el aborto incrementa el riesgo de morir y de adoptar conductas o padecer trastornos psicológicos que pueden llevar a la muerte.

El aborto no solo aumenta los riesgos de padecer enfermedades y secuelas psicológicas que perjudicarán la vida de la mujer, sino también de toda su familia.

La promoción del aborto es una hipocresía e incoherencia. Las mujeres han luchado durante siglos para que se nos reconozca los mismos derechos que los hombres. El fundamento es que toda persona tiene la misma dignidad de donde se derivan los derechos fundamentales, como el derecho al voto, a la libertad, a la vida. ¿Cómo es posible que por un lado se luche por los derechos de la mujer, pero al mismo tiempo se considere que es un derecho quitarle la vida otro ser humano? ¿Cómo es posible luchar para erradicar la violencia contra la mujer y para que se endurezcan las penas contra sus perpetuadores, pero al mismo tiempo se promueva el asesinato de nuestros propios hijos, e incluso se lo pretende normalizar? Como mujer, me indigna que se mezcle el aborto (un acto violento contra un ser inocente) con los “derechos de la mujer” cuando representa el fundamento de aquello que se ha intentado erradicar durante siglos.

El aborto un negocio que se aprovecha de la desesperación de las mujeres.
La maternidad no es fácil. Supone sacrificio, tiempo y dinero. Muchas veces un embarazo se presenta en circunstancias difíciles, y sólo aparece una solución: el aborto, y eso evidencia el fracaso de nuestra sociedad. Ojalá se luchara con la misma vehemencia por promover el aborto, que por apoyar a las mujeres y a sus hijos. Ojalá las mujeres sintiesen más fuerte el apoyo para salir adelante, que la terrible solución que implica el aborto.

El feminismo empieza desde la concepción. “Vivas nos queremos” es el grito que escuchamos en la calle. Y así debería ser. “Ni una menos.” Ni una, ni siquiera las mujeres que están por nacer. Sin embargo, no es así. No solo de las que ya están vivas, pero además, han sido asesinadas millones de mujeres que estaban por nacer debido a los abortos selectivos. Y por eso, hay países donde la brecha entre hombres y mujeres es alarmante como China e India donde hay aproximadamente 45 millones más hombres que mujeres. En el mundo aproximadamente 160 millones de niñas han sido asesinadas a causa del aborto selectivo. Y la falta de mujeres ha originado una ola de secuestro y comercio de niñas en estas áreas. Gran favor nos han hecho estas “feministas”.

A nivel mundial hay más hombres que mujeres en el mundo, el número de hombres ha aumentado poco a poco desde 1960, coincidiendo con la revolución sexual que promocionó el aborto a nivel mundial. El legado del aborto es doloroso, en especial para las mujeres. Por eso, conmemorando el Día del Niño Por Nacer es coherente y justo que los grupos abortistas dejen de llamarse feministas, y nosotros nos planteemos que tipo de sociedad queremos ser ¿la que mata a sus propios niños o aquella que los protege?

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