Los subsidios en el Ecuador

Jorge Calderón Salazar

Jorge Calderón Salazar

Guayaquil, Ecuador

Nuevamente regresa al debate económico y político los subsidios, la delicada situación fiscal trae a discusión este tema. ¿Qué es un subsidio? Es cuando el gobierno decide cubrir parte de los costos de las empresas que producen algún bien o servicio que considera es de primera necesidad para la población, para que de esta manera la empresa no tenga la obligación de ofrecer dicho bien o servicio al precio de mercado, sino más bien a un precio que el consumidor pueda pagar. Si partimos de esta lógica, tendríamos un gobierno altruista, pero hay que ir más allá, ¿cuánto le cuestan al país? ¿llegan a quiénes deben recibirlo? ¿cuál es el coste de oportunidad? ¿los organismos multilaterales lo ordenan? Son algunas de las preguntas que se plantean actualmente las autoridades económicas, la clase política, los analistas, el ciudadano común, en sí la sociedad general.

Los subsidios han sido parte de la historia económica del país, representando en los últimos 10 años más de 35 mil millones de dólares. Solo para este 2018 está presupuestado destinar casi 3,500 millones de dólares, cantidad importante de recursos si hablamos de la delicada situación económica por la que atraviesa el país.  La mitad de estos recursos para el 2018 se dirigirán a combustible, esto es 1707 millones de dólares, casi 50% más a lo requerido en el 2017, debido al aumento del precio del barril de petróleo en el mercado internacional.  Ahora bien, los subsidios no llegan a quienes esperamos que lo reciban, por ejemplo, el subsidio de los combustibles lo reciben quiénes tienen vehículo de alta gama que podrían costear un precio real de gasolina.  Lo mismo ocurre con el subsidio al gas al cual se destinará este año 450 millones de dólares aproximadamente, y es evidente que buena parte de este subsidio termina usándose con fines comerciales. Vemos con estos dos casos que los subsidios no lo reciben los sectores más vulnerables, de ahí que si el gobierno decide continuar con la focalización de los mismos debe tener presente que llegue a quienes lo necesitan realmente.

Ahora bien, en el caso de focalizar el subsidio de los combustibles, puede generar una escalada de precios de los bienes y servicios que estén vinculados directa e indirectamente, incluso lo que no lo están, y esto por el carácter especulativo de nuestra economía, por ello es importante el mecanismo que se use para focalizar y así no afecte a los grupos más vulnerables.  El sector de transportación urbana sería uno de los más afectados, y en este caso podría mantenerse el subsidio a este sector (que usa diésel) y no llevar a una revisión de precios de pasajes pues impactaría la canasta básica familiar, en un rubro entre los 15 y 20 dólares mensuales en una familia de 4 miembros. Si aumentará el precio de los pasajes, los ingresos no aumentan, trayendo consigo la restricción del consumo de otros bienes y servicios, y por ende afectará la demanda agregada, bajando las ventas de las empresas, con efecto directo en el aumento del desempleo.

Pensemos en el escenario de focalización de subsidios, ¿hacia dónde se dirigirá esos recursos liberados? No se habla de ello, si los mismos van a direccionarse a cubrir el gasto corriente, seguiremos en la misma problemática de no reducir el gasto público, y por ello es importante tener presente el costo de oportunidad.  Esos recursos podrían direccionarse a proyecto de apoyo para financiar emprendimientos, cubrir verdadero gasto de inversión, por ejemplo. El gobierno debe ser claro a dónde irán esos recursos liberados.

Finalmente, no se trata de una imposición de multilaterales, es necesario sincerar la economía, usar los recursos que se generan en la misma de la mejor manera, no podemos condenar a las generaciones futuras a «pagar la cuenta» de lo que las generaciones presente hicieron mal. Es el compromiso de todos tener un país en la senda de crecimiento y estable, en el presente y futuro. (O)

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