Prioridades

Raúl Andrade Gándara

Rochester, Estados Unidos

Como la gota de agua taladra incansable una piedra, las torpezas de los guardianes de la democracia develan cuán lejos estamos de entender que hemos perdido la batalla en los conceptos. Y es que la aplanadora socio populista no respeta ninguno de los preceptos que dice representar. Simplemente los invoca cuando conviene a sus intereses y los deshecha cuando estorban.

Su meta es destruir el status quo y por lo tanto todos los instrumentos son legítimos para dicho fin. En cambio los demócratas se nutren aún de conceptos tan arcaicos como la libertad de expresión, el derecho a la réplica y el respeto al ser humano. Creen en las minorías, en la buena fe y en los procesos transparentes. Y en cada país que ha sido invadido por el pseudo socialismo fascista, las pruebas de lo contrario no se han hecho esperar.

Una mirada fría hacia cualquiera de estos feudos revela una secuela interminable de violaciones a todos los derechos elementales bajo la muletilla nunca satisfecha del “ bien común “ cuyos elementos solo ellos conocen y determinan. Así justifican los abusos de poder, la violencia, el asesinato, el saqueo a las arcas fiscales, la inseguridad jurídica, la agresión permanente a quienes no comulgan con sus preceptos.

Resulta pues sorprendente que en la orilla opuesta, los “creadores de opinión “ sigan encontrando motivos para defender estos desmanes bajo argumentos que en el pasado no fueron ni siquiera tomados en cuenta por los hoy “quejosos”, “perseguidos “ y defensores de la libertad de expresión. Quizás la idea sea dar una lección de gallardía,valores y honradez intelectual a quienes carecen de ellas, pero sólo abona a la ingenuidad de quienes la profesan.

Si algo ha demostrado la historia, es la imposibilidad de dialogar con los extremismos, ávidos de destrucción, revancha y venganza. Minorías desalmadas, lucran del descontento y la desesperación para sembrar el odio y la violencia, y no se detienen hasta lograr su cometido. O ser neutralizados en sus afanes.

Magos de la palabra, disfrazan sus protervas intenciones con las proclamas más altruistas y desinteresadas, los discursos más sentimentales, las arengas más profundas. Pero con el tiempo y el poder, aflora su intolerancia, su doble discurso, su capacidad de fabulación y finalmente su codicia. Se sirven de cualquier argucia, pactan con cualquier facción, usan el mimetismo hasta lograr sus metas, y jamás, léase bien, jamás, devuelven el poder democráticamente.

Estamos frente a una amenaza real y constante, un cáncer que no admite dilación ni contemplación, pues ignorarla equivale a permitir su crecimiento. La demora de la justicia, los afanes igualitarios, los discursos de unión y fraternidad se interpretan como una señal de debilidad, una demostración que la meta está más cercana y es factible.

Los dislates a los que hemos asistido en estos días, como la condecoración a Iza, la defensa ante la clausura a una radio abiertamente sediciosa y conspiradora, las medidas benévolas e inexistentes contra los cabecillas del paro de octubre, las inoportunas declaraciones del inoportuno Cuesta, la torpe aclaración del gobierno, demuestran la absoluta miopía del régimen y de algunos demócratas ante lo pernicioso de los personajes que componen la avanzada pseudo socialista, su debilidad estructural y su ausencia ante los urgentes problemas que amenazan al Ecuador.

Un CNE agobiado por la corrupción y las dudas completa el cuadro crítico del paciente. Antes de ofrecer la sede para un hipotético mundial, es indispensable presentar un país ordenado, claro y respetable. Esas son las prioridades. No otras.

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