Empresaurios vs. empresarios

Juan José Pons

Guayaquil, Ecuador

Con una fuerte combinación de fastidio e indignación hemos leído, en los distintos medios de comunicación y en las redes, identificar como empresarios a una serie de delincuentes que ha traficado y delinquido con los fondos del estado que son los fondos del pueblo ecuatoriano para solventar el estado de bienestar social al que todos aspiramos.

Esta denominación, mal hecha, arranca desde la desgraciada plaga de los arroces verdes en la que se han sindicado también un grupo de delincuentes -mal llamados empresarios- y se han escapado muchos otros a través de la grietas del sistema judicial ecuatoriano cual cucarachas resistentes a todo insecticida.

El simple hecho de formar una compañía y aparecer en la superintendencia de compañías no define lo que es un empresario como tampoco lo define el que sea parte de algún gremio o cámara que por higiene empresarial y responsabilidad social corporativa  debería expulsarlos de sus filas como los delincuentes que son.

En los últimos días hemos conocido de una ralea especial de estos empresarios delincuentes que han traficado con la salud y vida de un pueblo, y que con esos recursos mal habidos han gozado de los placeres mafiosos como lo vemos en las películas o series de las mafias o carteles.

Los verdaderos EMPRESARIOS  son gente seria que arriesga su capital y trabajo generando empleo y bienestar para la sociedad, que construyen un legado para su familia y para el país, que conquistan mercados en los lugares más remotos del universo y que luchan, aquí, en un entorno conflictivo y anti negocios que castiga y oprime la iniciativa privada con la demagogia y promoción de la lucha de clases.

Verdaderos EMPRESARIOS son los formales que cumplen con los rigores de las leyes y las presiones fiscalistas que extraen recursos que son producto del trabajo honesto para que se lo roben funcionarios deshonestos en asociación ilícita con EMPRESAURIOS  delincuentes y miserables que roban la esperanza  y el futuro de un país.

Señores comunicadores sociales: NO llamen empresarios a estos delincuentes, no los eleven a la categoría de gente trabajadora decente y con enormes méritos, sean estos grandes, medianos o pequeños.

Señores dirigentes de los gremios empresariales revisen en sus registros qué empresas de estos delincuentes sindicados son parte de sus instituciones y  EXPÚLSENLOS  públicamente como castigo de su inmoralidad. Solo así podrán tener la fuerza ética y moral de luchar por los verdaderos intereses de una nación que ansia progresar .

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