El correísmo, uno de los principales opositores a la candidatura de Espinosa en la OEA

El movimiento correísta ha salido a una cruzada para tumbar la candidatura de María Fernanda Espinosa a la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA) y buscar un candidato que, dicen, represente realmente los intereses y principios de la izquierda latinoamericana.

«Traidora clásica», «ambiciosa insaciable» o «mediocre» son algunos de los términos en los que el movimiento encabezado por el expresidente Rafael Correa (2007-2017), se ha referido a Espinosa, a la que acusan de estar detrás de una «persecución» de sus dirigentes bajo el mando del actual mandatario, Lenín Moreno.

«Ella y su marido, Eduardo Mangas, son cómplices principales de Moreno», aseguró a Efe Correa en una entrevista desde Bélgica, donde reside desde que dejó el poder en mayo de 2017.

El expresidente, así como otros dirigentes de su movimiento Revolución Ciudadana, se ven impedidos de regresar al país por un sinnúmero de causas judiciales abiertas contra ellos en los últimos dos años, y que atribuyen a una «persecución política» y a la «doble moral instalada en la política» ecuatoriana.

También recuerdan que dentro de su «insaciable ambición», ella y su marido -exsecretario general de la Presidencia de Moreno- articularon el proceso judicial que condujo a la que consideran «injusta» condena por asociación ilícita del ahora exvicepresidente Jorge Glas, apoyaron una consulta que inhabilitó a Correa para la reelección y se apoderaron del movimiento Alianza País.

«¿Cómo, en nombre del progresismo, se le puede dar un cargo así? No se pueden pasar principios éticos y morales… ¡En nada en la vida, y menos en la política!», declaró Correa sobre quien fuera su ministra de Exteriores (2007), de Patrimonio Humano (2009-2012) y de Defensa (2012-2014).

Hasta septiembre pasado presidenta de la Asamblea General de la ONU, Espinosa presentó su candidatura en diciembre avalada por Antigua y Barbuda y San Vicente y las Granadinas, y busca ahora los apoyos necesarios para arrebatar el cargo al uruguayo Luis Almagro.

En liza también el diplomático peruano Hugo de Zela, quien se ha sumado a una carrera en la que nada está decidido hasta el último momento.

De 55 años y ya distanciada de Moreno, Espinosa acusa veladamente a Almagro de una creciente polarización del organismo y sostiene que ha llegado el momento de que una mujer ocupe ese alto cargo.

El candidato vencedor requerirá 18 votos a favor, y Espinosa aspira a reunir los quince del Caribe (que no vota en bloque) y de algunos gobiernos de izquierdas como los de México, Argentina o Nicaragua.

Pero el último canciller del correísmo, Guillaume Long, que ha trabajado de cerca con ella, recuerda a Efe el handicap de que no cuente «ni con el apoyo de Moreno (que respalda a Almagro) ni el de Correa».

«Revolución ciudadana, movimiento al que me debo, se opone a su candidatura como actor importante de la persecución en contra de Correa, Glas y otros miembros del movimiento», explicó.

En una carta abierta publicada el martes, Correa y otros tres altos dirigentes de la Revolución Ciudadana instan a los países del Caribe a buscar un tercer candidato.

«¡Ni Almagro ni Espinosa!», proclamó Correa a Efe al pedir a los gobiernos «progresistas» de América Latina que busquen a alguien más propenso al diálogo que represente verdaderamente los valores de la izquierda.

«Espinosa ha roto todos los principios. Los traidores nunca cambian», abunda el exmandatario, para quien no se la puede «premiar con un cargo internacional» porque es «una puñalada durísima para compañeros como Glas».

Y confiesa que habría esperado de Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas, una llamada antes de darle su aval.

«Hay líneas rojas que no se pueden pasar. Ella vive conspirando en todo momento. ¡No tiene escrúpulos! Duele en el alma que el progresismo le dé su apoyo», insiste.

Y es que el correísmo quiere evitar que quien ha sido «verdugo de sus compañeros» aproveche su pasado y relaciones para ganar votos, minimizando su distanciamiento de RC y apelando al argumento de que permaneció al lado de Moreno sólo para evitar un giro al conservadurismo.

Preguntado por Efe sobre un candidato propicio, Correa explica que cualquiera que sea «institucionalista» y «coherente», se limite a cumplir el «mandato y rol del secretario general», «cumpla los principios de la Carta de la OEA», «así sea conservador», pero nadie con «doble moral».

«¡Hay latinoamericanos extraordinarios!» y menciona al expresidente dominicano Leonel Fernández como ejemplo de aspiración, porque él se presenta a la presidencia nuevamente este año.

También al embajador de Antigua y Barbuda en Washington, Sir Ronald Sanders, que precisamente dio a conocer la candidatura de Espinosa, o la secretaria general Iberoamericana, la costarricense Rebeca Grynspan.

«Todo el mundo la quiere. Fue vicepresidenta de un gobierno de derechas. Es buena persona y es caribeña también», sentencia.

Consciente de sus limitaciones por no estar en el poder, el correísmo pide que, hasta el 20 de marzo, los Gobiernos de izquierdas asuman el compromiso de buscar a ese candidato, porque, dicen, ellos sólo pueden «enviar señales para que reaccionen» y no apoyen a Espinosa. EFE (I)

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