La ecuación de la hipocresía
Quito, Ecuador
Dime a quién atacas y te diré si te doy asilo o refugio. ¿Que si tu vida peligra? Primero dime si eres enemigo de mis amigos o de mis enemigos.
Dime a quién atacas y te diré si te doy asilo o refugio. ¿Que si tu vida peligra? Primero dime si eres enemigo de mis amigos o de mis enemigos.
Entre los cerca de cien manifestantes, 50 policías, un ruidoso helicóptero, y la lluvia que caía sobre los periodistas que se reunieron en Knightsbridge el domingo por la tarde, dos mujeres habían desaparecido. Se trata de la señorita A y la señorita W, a quienes nadie menciona cuando se habla del alboroto sobre Julian Assange. Y aunque ellas están en el centro de la historia, eludirlas puede ser conveniente para los partidarios de Assange.
Hola, Julian. Te escribo porque sé que ahora estás un poco desocupado, lees siempre los artículos de opinión de los ecuatorianos, especialmente los míos, y que Anita Albán te está enseñando español, así que me entenderás. ¿Puedo llamarte Julio Sánchez?
El circo de Julian Assange ha superado un nuevo truco impresionante: ha obtenido asilo político en Ecuador. La huída de Assange de Suecia, una democracia decente, con un excelente sistema de justicia, toma formas cada vez más absurdas. Después de la decisión del Canciller Ricardo Patiño el Twitter de Suecia se ha llenado de chistes burlones. Assange tenía algunos fanáticos aquí. Por el contrario, su nefasta alianza con el liderazgo político de Ecuador ha proyectado sombras sobre lo que fue, pese a todo, su verdadero logro: revelar noticias demoledoras a través del medio revolucionario de Wikileaks.
Hasta ahora, gran parte del éxito de la solicitud de asilo político de Julian Assange a Ecuador ha sido atribuida a las implicaciones diplomáticas y los aspectos jurídicos internacionales del caso. No obstante, la política interna del Ecuador ha jugado un importante papel en el proceso de toma de decisiones del Presidente Rafael Correa. El telón de fondo del Caso Assange ha sido la próxima elección presidencial en Ecuador, a celebrarse apenas en seis meses, en febrero de 2013. El Presidente Correa, que fue elegido por primera vez en 2007, busca un segundo mandato bajo las normas de la Constitución de 2008.
Tuve que crecer para enterarme que la popular tonada infantil sobre un tal Mambrú que había partido a una guerra, tenía origen en una realidad histórica. La del británico duque de Malborough, John Churchill, a quien los franceses, contra quienes había ido a guerrear, creyeron muerto en batalla y de cuya desaparición se han burlado generación tras generación. Lo recordé anoche mientras leía en el cable que una multitud de treinta personas había pisoteado frenética la bandera del Reino Unido de la Gran Bretaña en las calles de Quito, después que el Canciller Patiño informara que el Foreing Office había amenazado con asaltar nuestra embajada en Londres para capturar al ya mítico fundador de Wikileaks, el señor Julian Assange.
La saga judicial de Julian Assange, el fundador de Wikileaks, se agravó ayer con la decisión de Ecuador de otorgarle “asilo diplomático” en su Embajada en Londres, y la previa amenaza del Gobierno británico de sacarle por la fuerza en virtud de la legislación local, una acción extrema de difícil encaje en el derecho internacional para un caso como este. Pese a todo, y en medio del enredo judicial y diplomático, conviene recordar que, pese a alguna de las afirmaciones del Gobierno ecuatoriano, el país que reclama al activista australiano no es una dictadura, sino Suecia, y el motivo no se refiere a la libertad de expresión o a la filtración de documentos secretos de EE UU, sino a una investigación por supuestas agresiones sexuales.
Cuánta barbaridad, compañerito, hemos leído en tuiter estos últimos quince días. No solo uno tuiteó a otro pidiéndole “…. que inaugure su cerebro antes de hablar conmigo…”, sino que luego se armó un tuiteo del san flautas. “Tralalá” venía; “Blablablá” respondía. Y los 140 caracteres no abastecían para este “diálogo” tan profundo, que hasta los genes salieron a bailar de lado y lado.
El gobierno inglés ha decidido abiertamente ofender a Latinoamérica. La cancillería ecuatoriana ha hecho pública una amenaza escrita entregada por oficiales de la embajada inglesa en el Palacio de Najas, sede de la diplomacia ecuatoriana. La institucionalidad mundial del asilo es la mayor víctima de la prepotente misiva. Amenaza, que de convertirse en realidad, podría replantear las relaciones diplomáticas del reino inglés con los países de esta región del continente americano.
Sigue el escándalo de las firmas y aún no sabemos la verdad. Todos los partidos y movimientos políticos, todos, han asumido el doble papel de acusadores y víctimas. Los opositores se victimizan y acusan de fraude al gobierno. El gobierno se victimiza y acusa de fraude a la oposición. Y el resto de ecuatorianos, que somos las verdaderas víctimas de este descalabro electoral, aún seguimos sin entender cómo llegamos a constar en organizaciones políticas por las que nunca firmamos y cómo las firmas que sí presentamos desaparecieron o se alteraron en el Consejo Nacional Electoral (CNE).
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