Lluvias arrasan caminos y dejan pueblos aislados

La vía de la comunidad Santa Ana de Mancero, perteneciente a la parroquia La Matriz, de este cantón, que la enlaza con el resto de Chimborazo, quedó literalmente borrada del mapa por las fuertes lluvias que soporta la provincia desde esta semana.

Pero las recientes precipitaciones en la región interandina han causado también estragos en otras comunidades de la provincia, además de Azuay y Carchi. En Tungurahua, más bien favoreció a zonas agrícolas.

En Santa Ana de Mancero, el aguacero generó un torrente de agua, lodo y piedras que borró el camino hacia la comunidad. La imagen que quedó correspondía a una zona de rocas enormes, lodo y zanjas, donde aún corría agua.

Excepto algunas casas endebles de ciertos terrenos, no hubo daños en viviendas, ni heridos, pese a la magnitud de la precipitación. En Riobamba, vecina de Guamote, el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) registró ayer 25 milímetros de lluvia.

Volquetes, tractores y otras maquinarias trabajaron en la rehabilitación de la vía hacia la comunidad afectada y en el despeje de material de los terrenos, donde algunos sembríos se perdieron por el torrente de material que provocó el aguacero.

Sin precisar detalles, el prefecto Mariano Curicama anunció que se harán trabajos complementarios para reducir los efectos negativos de nuevas lluvias. Afirmó que los pobladores de Santa Ana de Mancero se comprometieron a colaborar con los trabajos en su sector.

Mientras, en Riobamba, se despejó parcialmente el camino entre la parroquia rural Pungalá y la comunidad Alao fue rehabilitada, que el jueves quedó interrumpida por un deslave a causa del aguacero que cayó en el sector Puninguayco.

Según Hernán Parreno, técnico del Inamhi, las lluvias actuales en la región interandina son propias de la época. Dijo que la intensidad y continuidad depende de las condiciones atmosféricas de ese momento. “Si en la mañana hay mucho calor y hay presencia de humedad, en horas de la tarde tendremos presencia de lluvias”, explicó.

En el sur del país, las precipitaciones del martes pasado ocasionaron la crecida del río Machángara y ello afectó a habitantes de la parroquia Ochoa León, perteneciente a Cuenca.

Una pared de la vivienda de Yolanda Cuzco colapsó y casi ocurre con el puente de madera entre Sidcay y Chiquintad. Y si las lluvias persisten sufrirán daños la iglesia, el convento y una casa de adobe que se ubican en la margen del río, según Marcelo Castillo, jefe policial del Grupo de Intervención y Rescate (GIR).

En el norte ecuatoriano, el martes pasado, diez familias de San Gabriel, cabecera cantonal de Montúfar (Carchi), resultaron damnificadas por la inundación de sus casas. El lunes, en cambio, los aguaceros colapsaron por horas el alcantarillado en Zamora, en la Amazonía.

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