La luna roja, vista de Quito

Quito, 15 abr (EFE).- Muchos ecuatorianos han sacrificado esta madrugada el sueño para observar la «luna roja«, el curioso fenómeno atmosférico ocurrido hoy por el eclipse lunar total y que fue visible en la zona andina del país.

El rubor del satélite se apreció a plenitud pasadas las 02 horas locales (07.00 GMT) desde el Observatorio Astronómico de la Escuela Politécnica Nacional, que abrió sus puertas para que la gente pudiera ingresar a ver el fenómeno.

También algunos canales de televisión colocaron recuadros en sus pantallas para mostrar el eclipse, que despertó curiosidad entre los ecuatorianos.

Muchos ciudadanos se agolparon desde la noche en las afueras del Observatorio Astronómico, en el parque La Alameda, en el centro de Quito, a la espera de poder entrar y ver el eclipse a través del viejo telescopio de ese centro científico edificado a finales del siglo XIX.

El telescopio ecuatorial Merz, de fabricación alemana, que empezó a funcionar en 1877 y que aún se emplea, fue calibrado por los astrónomos del centro para la ocasión.

El director del Observatorio, Ericson López, indicó a Efe que el eclipse es un fenómeno habitual, pero dijo que la particularidad del de hoy es que la luna se torna rojiza debido a un factor atmosférico cuando el satélite entra en el cono de sombra dejado por el planeta.

Se produce algo parecido «a un atardecer», cuando la luz del sol se filtra por el horizonte, añadió López y reconoció que este tipo de episodios naturales llama cada vez más la atención y la curiosidad de la gente.

Explicó que el eclipse total de Luna se produce cuando ésta entra en el cono de sombra de la Tierra, al momento en que se produce una alineación casi perfecta entre los dos cuerpos celestes y el sol.

El eclipse lunar de hoy, que se vio en las Américas y duró unos 78 minutos, es el primero de una tétrada de lunas rojas que se repetirá prácticamente cada seis meses hasta dentro de año y medio, un fenómeno que sólo ocurrirá siete veces en este siglo, según ha indicado la NASA. EFE

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