Líder de diputados en Brasil niega cargos de corrupción

Eduardo Cunha, presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, llega para una reunión con empleados sindicales en Sao Paulo, el viernes 21 de agosto de 2015. La fiscalía presentó cargos el jueves contra Cunha por su presunta participación en un escándalo de corrupción en la empresa petrolera estatal Petrobras. (Foto AP/Andre Penner)

SAO PAULO (AP) — El presidente de la Cámara de Diputados de Brasil Eduardo Cunha refutó el viernes los cargos de corrupción que se le imputan y advirtió que no renunciará.

El procurador general Rodrigo Janot presentó los cargos el jueves contra Cunha y contra el expresidente Fernando Collor, quien ahora es senador. Janot dijo que los dos participaron en una enorme treta en la empresa petrolera estatal Petrobras en la que se habrían pagado millones de dólares en sobornos.

En una reunión con líderes sindicales en Sao Paulo el viernes, Cunha dijo que no «existe la más mínima posibilidad» de dejar su cargo al frente de la cámara.

Agregó que no ha hecho nada incorrecto. «Ellos no tienen evidencia contra mí. Niego vehementemente los cargos en mi contra», agregó. «La renuncia nunca ha sido ni será parte de mi vocabulario».

En su página de Facebook, Cunha dijo: «Mi conciencia está limpia y continuaré como presidente de la Cámara de Diputados con la misma franqueza e independencia de siempre».

Fiscales dijeron en el comunicado que Cunha está acusado de haber recibido cinco millones de dólares en sobornos entre el 2006 y el 2012 en conexión con la construcción de dos buques perforadores de Petrobras. Está acusado de corrupción y lavado de dinero.

No se revelaron detalles en la causa contra Collor. La fiscalía dijo que eso se debía a que está sustentada en acusaciones de un informante activo, y que ofrecer detalles pondría en peligro la pesquisa.

Collor le dijo el jueves a la prensa brasileña que no ha cometido ninguna violación.

A inicios de la década de 1990, Collor se convirtió en el primer presidente democráticamente electo en Brasil en casi tres decenios tras una larga dictadura militar. Pero renunció en 1992 tras acusaciones de que había recibido millones de dólares de un fondo ilícito administrado por el tesorero de su campaña.

Los cargos contra los dos hombres fueron presentados ante la Corte Suprema. Bajo la ley brasileña, los cargos contra congresistas federales y otros altos funcionarios sólo pueden ser presentados y juzgados por la Corte Suprema, la cual puede tomarse años para emitir un fallo.

Los fiscales argumentan que parte del dinero fue canalizado a las arcas del Partido de los Trabajadores y sus aliados, así como a decenas de legisladores que están bajo investigación.

La presidenta Dilma Rousseff, cuya tasa de aprobación ha caído estrepitosamente en medio del escándalo y los problemas económicos, no está acusada de nada, aunque fue directora de la junta de Petrobras durante varios años en los que estuvo activa la conjura.

Miles de brasileños participaron en protestas en todo el país el jueves para expresar su respaldo a la presidenta, pero los números fueron menores que los de protestas el domingo en los que los participantes demandaron la renuncia o la impugnación de Rousseff.

 

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