Protestan en Brasil contra cambios a pensiones y ley laboral

Manifestantes se enfrenta a la policía hoy, viernes 28 de abril de 2017, en Cinelândia sector céntrico de Río de Janeiro (Brasil), durante protestas en la huelga general convocada hoy, viernes 28 de abril de 2017, en Río de Janeiro, Brasil, país que vivió una jornada de huelga general, la primera en veinte años, que impactó en el transporte público pero no logró paralizar el país, tal como pretendían los sindicatos que convocaron la protesta contra las reformas promovidas por el Gobierno de Michel Temer.

(AP) — Una huelga general de Brasil, en protesta por los cambios propuestos a las leyes laborales y al sistema de pensiones, paralizó el viernes el transporte público en buena parte del país mientras manifestantes bloquearon calles y se enfrentaron con la policía.

Millones de personas permanecieron el viernes en sus casas y miles salieron a las calles para manifestar su descontento, situaciones que ponen en duda la capacidad del presidente Michel Temer de conseguir que sus propuestas sean aprobadas en el Congreso, donde antes parecía posible.

El gobierno de Temer dice que la flexibilización de las leyes laborales reactivará una economía moribunda y advierte que sin los cambios el sistema jubilatorio caerá en bancarrota. Los sindicatos y otras organizaciones convocaron a la huelga, señalando que los cambios propuestos ante el Congreso aumentan la vulnerabilidad de los trabajadores y los despojan de muchas prestaciones.

En una de las manifestaciones más grandes del viernes, miles de inconformes se reunieron por la tarde afuera de la asamblea estatal de Río de Janeiro, donde escenificaron choques con la policía que intentó desalojarlos del lugar. La policía lanzó gas lacrimógeno a los manifestantes y éstos apedrearon a los agentes y encendieron pequeñas fogatas a mitad de las calles cercanas al recinto legislativo.

Un hombre es detenido por la policía durante protestas en la huelga general convocada hoy, viernes 28 de abril de 2017, en Río de Janeiro, Brasil, país que vivió una jornada de huelga general, la primera en veinte años, que impactó en el transporte público pero no logró paralizar el país, tal como pretendían los sindicatos que convocaron la protesta contra las reformas promovidas por el Gobierno de Michel Temer.

Centenares de manifestantes más se congregaron en una importante avenida en Sao Paulo, donde la policía pidió a los comerciantes del centro que cerraran temprano, al parecer preocupados de que los inconformes se dirigieran a esa zona.

Durante la jornada, 21 personas fueron arrestadas en Sao Paulo, según la policía militar.

En la mañana, la mayoría de trenes de pasajeros y las líneas del metro suspendieron su servicio durante las horas de mayor afluencia en Sao Paulo. Todos los autobuses fueron parados.

En Río de Janeiro, los autobuses ofrecían servicio parcialmente por la mañana antes de volver a la normalidad. El metro fue cerrado todo el día en la capital, Brasilia.

Algunos manifestantes erigieron barricadas y encendieron fogatas en las calles, incluyendo algunas que llevan a los principales aeropuertos en Sao Paulo. En Río, los manifestantes sembraron la confusión al atravesar el aeropuerto Santos Dumont y otros cerraron una avenida importante.

Un hombre hace un selfie ante un autobus incendiado durante protestas en la huelga general convocada hoy, viernes 28 de abril de 2017, en Río de Janeiro, Brasil, país que vivió una jornada de huelga general, la primera en veinte años, que impactó en el transporte público pero no logró paralizar el país, tal como pretendían los sindicatos que convocaron la protesta contra las reformas promovidas por el Gobierno de Michel Temer.

Algunos mecánicos de aviones se sumaron a la huelga general, según el Sindicato Nacional Aeronáutico, pero con mínimas consecuencias y sólo un reducido número de vuelos fue cancelado o demorado en los aeropuertos de ambas ciudades.

“Estamos exigiendo nuestros derechos, como trabajadores, porque el presidente del país propuso una ley para que la gente trabaje más y viva menos, así que sólo recibiremos nuestras pensiones cuando nos muramos”, dijo Edgar Fernandes, un trabajador portuario que protestaba en Río.

La Central Única de los Trabajadores indicó que unos 35 millones de brasileños faltaron el viernes a sus labores, más de un tercio de la fuerza laboral del país.

Sin embargo, el gobierno restó importancia a la huelga e insistió en que muchos brasileños continuaban laborando.

“No tenemos una huelga, tenemos disturbios en todas partes», dijo el ministro de Justicia, Osmar Serraglio, a radio Joven Pam. «No es una huelga nacional porque el comercio funciona, las industrias funcionan».

La economía brasileña está sumida en la recesión y muchos están molestos con el gobierno. Temer sostiene que las reformas propuestas traerán beneficios en el largo plazo, pero habiendo tanto desempleo, muchos piensan que no pueden aceptar ningún recorte a sus prestaciones.

Para poner de relieve los problemas económicos, la agencia estadística IBGE informó el viernes que el desempleo había aumentado del 12 al 13,7% en el primer trimestre del año.

La inconformidad derivada de los cambios propuestos a las prestaciones muestra que el gobierno de Temer no ha logrado convencer que las medidas son necesarias, dijo Oliver Stuenkel, quien enseña relaciones internacionales en la universidad Fundación Getulio Vargas en Sao Paulo.

Sin embargo, las iniciativas propuestas han avanzado con facilidad en el Congreso y previsiblemente serán aprobadas.

“Este es un gobierno peculiar que tiene bajos niveles de aprobación y consigue aprobaciones en el Congreso”, apuntó. “Sin embargo, los legisladores también piensan en su reelección del año entrante. Después de hoy, podría haber grandes riesgos para que Temer consiga la aprobación de iniciativas trascendentales”, apuntó.

(I)

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