
Trece militares de las Fuerzas Armadas de Brasil viajaron este sábado hacia la República Democrática del Congo, donde participarán en la misión de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la región, informó el Ministerio de Defensa del país suramericano.
En un comunicado, la cartera explicó que los brasileños actuarán en la Brigada de Intervención, compuesta por unos 3.000 militares de Sudáfrica, Tanzania y Malaui, y trabajarán en el combate de grupos armados, así como en el de enfermedades tropicales.
Dicha Brigada actúa en los alrededores de la ciudad de Beni, en el noreste de la República Democrática del Congo, donde existen unos 70 grupos armados en actividad, según datos de la ONU.
Antes del embarque, los 13 militares completaron cursos en el Centro de Instrucción de Guerra en la Selva, una organización del Ejército brasileño, y realizaron pruebas físicas y médicas en Río de Janeiro.
El grupo también recibió en la capital fluminense las directrices de la ONU acerca de la actuación en las misiones de paz llevadas a cabo por el organismo.
«Nuestro mayor objetivo es contribuir para el éxito de la misión. Queremos disminuir las atrocidades y mitigar el sufrimiento del pueblo africano», señaló el teniente-coronel Adelmo de Sousa Carvalho Filho, quien será el líder del equipo brasileño, citado en el comunicado.
Asimismo, el militar explicó que las actividades en territorio africano deberán extenderse por unos seis meses, pero podrán prorrogarse por un semestre más e incluso contar con el envío de refuerzos adicionales, en caso de que sea necesario.
Carvalho Filho destacó que la misión «Monusco», puesta en marcha en 1999 y que actualmente cuenta con más de 15.000 militares de 49 países, se trata de una iniciativa «inédita de la ONU», con el fin de cooperar en el restablecimiento de la paz tras la Segunda Guerra del Congo.
De acuerdo con la ONU, las fuerzas internacionales que operan en el país africano también protegen los trabajadores humanitarios de «actos hostiles» en zonas afectadas por la crisis del ébola, donde fueron detectados ataques de grupos armados contra civiles y centros de salud especializados en el tratamiento de esta enfermedad, que ya deja más de 1.300 muertos desde agosto de 2018. EFE (I)
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