
Roberto Bolaño: el último salvaje latinoamericano
Miguel Molina Díaz
Quito, Ecuador
Hay noches en que sueño que Roberto Bolaño me habla. Nos rodea una profunda neblina y Roberto Bolaño no tiene frío. Sus lentes no se empañan. Su voz es aguda, punzante, vibra dentro de mis oídos. Hay noches en que Roberto Bolaño viene a Quito y me define qué es la poesía. Pero al día siguiente, al abrir los ojos, no lo recuerdo y debo esperar otra vez su generosidad, su aparecimiento en otro sueño, para comprender el secreto que todo poeta latinoamericano debe saber. Sus confesiones siempre tienen que ver con una apuesta por el valor, un valor de Samurái, de prostitutas tristes y felices, de escritores que creen en el silencio.