Opinión

La tormenta perfecta

Por Sergio Ramírez Mercado
Managua, Nicaragua

Con mi amigo empresario me encuentro generalmente en las salas de espera de los aeropuertos. Vive a caballo entre Miami y Managua, pues cuando, en los 80, sus propiedades fueron confiscadas, en medio del furor de la revolución, se fue al exilio maldiciendo, estableció negocios allá en la Florida y, luego de la derrota sandinista en las urnas en 1990, regresó y recuperó sus propiedades o recibió indemnización por ellas.

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