
LaRepública


Sobre tránsfugas, borregos y unas pocas personas dignas
A este buen señor no lo conozco y, si mi memoria no me falla, incluso diría que jamás lo he visto. Más aún –confieso-, hasta el viernes 15 ni siquiera sabía su nombre. O lo había olvidado. Ese día me enteré de que el voto decisivo para que la oposición lograra bloquear algún nombramiento en el congreso había sido el suyo, pues, a pesar de haber sido elegido asambleísta por el partido oficial, Alianza País, no había votado como lo ordenó el gobierno. Se llama Washington Cruz, representa a los ecuatorianos inmigrantes en Europa y, según leí el domingo 18 en LaRepública.ec, el presidente Rafael Correa ya le lanzó una ráfaga feroz de acusaciones y ofensas.

Las del 28 de mayo
En su libro Devenir Perra -al que tanto le debemos este artículo y yo misma- Itziar Ziga habla de lo que significa ser una perra. Ziga observa que para la opinión publica una solo puede ser puta, zorra o perra cuando es otro quien nos lo dice; no cuando una lo exclama. Las mujeres somos putas; los hombres, hijos de puta. La posibilidad de que la mujer asuma su propia identidad lejos de la construcción cultural de femineidad ideal y sea libre y autónoma, dueña de su cuerpo y de su sexualidad, es una idea transgresora.

Música y poder político
¿Qué hace buena a una canción? Es quizás la pregunta fundamental que surge en estos momentos en los que se asume que cualquier discusión estética pasa por el tema de la letra como única condición propicia para el análisis. Y si me refiero a letra quiero decir contenido y con esto me concentro en las dinámicas ideológicas que sectorizan la realidad. Ojo, también hay que hablar de la ausencia de contenido, desde luego, porque la música se ha convertido en “soundtrack” y no la escuchamos, la hacemos parte del paisaje, no le prestamos atención: no importa lo que digan.

Correa dice que no apoyó a Chiriboga. Pero lo sigue defendiendo.

En memoria de Carlitos Mora
Talvez porque vivía abrazado con la muerte, había dejado instrucciones precisas para su funeral. El encargado de cumplirlas ha sido Ramiro Cepeda, su Editor en el libro 21 historias que narra el calvario al que fueron sometidas 21 personas que junto a Carlitos Mora sufrieron el contagio de Sida en la Clínica del Doctor Galo Garcés, 15 años atrás en la ciudad de Guayaquil.

Con jueces en mano
Cuando una jueza –por muy “temporal” que sea– tiene el descaro de declarar que no necesita estudiar el expediente judicial, incluyendo una demanda de más de cien páginas y sus contestaciones, para negarles a los acusados una serie de pruebas que habían solicitado para armar su defensa; cuando esa misma jueza no tiene empacho en firmar una extensa providencia (hasta con citas doctrinales) como suya en menos de dos horas, cuando solamente escribirla a máquina –no se diga pensarla– toma más tiempo, y el expediente bordea cuatro mil páginas; cuando un abogado es designado como juez de lo penal “temporal” a pesar de que él mismo publicita que su especialidad es patrocinar divorcios de emigrantes.

Chávez se entrena contra la «adversidad»

Prueba de ADN de hijos de la dueña del Clarín da negativo.
