Opinión

De jueces a dedo

Por Eduardo Carmigniani

El acomodo de la Corte Suprema nombrada luego de la pichicorte dejó intacto lo hecho por esta, pese a que lo legal y apropiado era anularlo todo por tratarse de decisiones tomadas sin jurisdicción, y más aún cuando se trataba del «despacho» de apenas cuatro meses. Los nombrados a dedo como pichijueces tampoco fueron juzgados; que se conozca, no hubo proceso para determinar si incurrieron en el delito de, sin título legítimo, fingir ser funcionarios públicos y actuar como tales, que a estas alturas ya prescribió. […]