
Luis González Posada
Lima, Perú
Perú y Ecuador cumplen 25 años del Acuerdo de Paz de Brasilia en circunstancias que el empresario guayaquileño Daniel Noboa– Alianza Democrática Nacional – asumirá la presidencia luego de derrotar a la candidata del correismo, Luisa González – Revolución Ciudadana – resultado que ha representado un duro golpe para el ex mandatario y para el bloque del socialismo del siglo XXI.
Forjado en Harvard Kennedy School, con maestría en la Universidad George Washington, Noboa pertenece a una de las familias más ricas del Ecuador y ha pregonado a favor de la economía de mercado, atraer inversiones extranjeras y reforzar la dolarización. Es decir, lo opuesto a la ideología antinorteamericana y populista del correísmo.
Ha derrotado, además, a la mejor candidata de ese sector político, porque Luisa González, asambleísta, abogada, con postgrado en la Universidad Complutense de Madrid, es una figura carismática con fuerte arraigo en el sector femenino.
No fue extraño, por ello, que gane en la primera vuelta con 33.25% de votos, frente al 23.73% de Noboa, una diferencia de 10 puntos a su favor. Pero, en la segunda ronda, las cifras se invirtieron. Logró 47.95% de sufragios y Noboa 52.05%; en otras palabras, la señora González creció 14 puntos y Noboa casi 30.
Ocurrió, según los analistas, porque el triunfador se mostró más solvente en los debates televisivos, con un mensaje concertador e inclusivo, mientras su opositora cometió el error de cerrar los mítines citando frases del Che Guevara y anunciando que nombraría a Rafael Correa su asesor principal.
Además, en diferentes momentos batió palmas por Cristina Kirchner, López Obrador y Lula da Silva. Su mensaje, en suma, fue de confrontación y alineamiento con el bloque chavista en circunstancias que el pueblo ecuatoriano se encuentra fatigado por enfrentamientos políticos, escándalos y denuncias.
Más aún, cuando el crimen organizado causa estragos en la sociedad. El asesinato de Fernando Villavicencio y el linchamiento de seis sicarios encarcelados continúa sacudiendo a una nación que cuenta con una de las más altas tasas de homicidios del hemisferio.
De acuerdo al instituto InSight Crime, en 2022 se produjeron 25.9 asesinatos cada 100 mil personas, 82% más que el periodo anterior, cifra que los investigadores califican de «catastrófica”.
Las mismas estadísticas indican que en Chile el porcentaje de homicidios por 100 mil habitantes es 4.6%, Brasil 19%, Colombia 26.1% y en el Perú, de acuerdo al INEI, el 2020 fue 5.8% y ahora se habría elevado a 7%.
Ecuador se ha convertido en territorio fértil para el tráfico de cocaína, proveniente de nuestro país y de Colombia, droga que ingresa por los puertos de Esmeraldas, Guayaquil y Manta. Desde el 2019 a la fecha casi se ha triplicado el volumen de estupefacientes confiscados, que pasaron de 79 a 201 toneladas.
Estos son los graves problemas que tendrá que arrostrar el flamante mandatario en 18 meses de gestión sin contar con mayoría parlamentaria. De 137 legisladores, el correísmo tiene 52 curules; el Partido Construye, aliado del movimiento Gente Buena del asesinado periodista Fernando Villavicencio, 29 asientos; el bloque oficialista 14 escaños e igual número los social cristianos.
Noboa, pues, tendrá que desplegar el mayor esfuerzo para lograr el respaldo del Parlamento en temas sustantivos: hacer frente al crimen organizado, al narcotráfico, la carencia de policías y la crisis penitenciaria, en circunstancias que el déficit fiscal asciende a US$ 2,819 millones de dólares y escalaría a US$ 5 mil millones a fin año (cerca del 4% del PBI).
Sin duda, un arduo y complejo trabajo que, desde el primer día, será jaqueado por el correísmo y el chavismo internacional.