La Guarda Suiza

Alberto Molina Flores

Guayaquil, Ecuador

Desde el lunes 21 de abril que se conoció que el Papa Francisco había fallecido, la atención del mundo estaba dirigida al Vaticano, queríamos saber los detalles del riguroso ritual de las exequias del Santo Padre, el primer Papa latinoamericano en más de 2 mil años del cristianismo; luego de la solemne despedida, la atención está orientada al proceso para elegir al sucesor del Papa Francisco, un ritual milenario en el que se reúnen los cardenales de todo el mundo y en riguroso secreto en el llamado Cónclave eligen al nuevo Papa.

La importancia que tiene el Papa no solo es para los mil cuatrocientos millones de fieles que profesan la fe cristiana, sino para el mundo entero, dada la autoridad moral, espiritual y política del Pontífice que pasa a ser jefe de Estado. Es importante señalar que la religión católica es la única religión que se asienta en un Estado conocido como la Santa Sede. El Vaticano es un Estado soberano e independiente, el más pequeño del mundo, con apenas 44 hectáreas, miembro de las Naciones Unidas.

De los rituales y ceremonias que hemos observado, es novedoso ver a los miembros de la Guardia Suiza, también conocidoscomo Los soldados del Papa, que son parte del pequeño “ejército” del Vaticano, un minúsculo grupo de militares suizos que tienen una historia de más de 500 años, con sus uniformes de colores intensos, cascos brillantes y la albarda, arma medieval; detrás de su imagen pintoresca, son verdaderos soldados entrenados que tienen la misión de proteger al Papa incluso con su vida.

A comienzos del siglo XVI, en Roma se vivían días agitados y peligrosos. El Papa Julio II (Giuliano della Rovera) años atrás había oficiado de Obispo de Lausana, Suiza, en 1506 pidió a los nobles suizos una unidad militar. La respuesta no se hizo esperar, llegó al Vaticano una compañía de 150 soldados, compuesto por hombres fuertes, disciplinados y de lealtad probada, encabezada por el capitán Kaspar von Silenen, que tenía una sólida trayectoria como comandante de tropas.

Los colores del uniforme de la Guardia Suiza llaman la atención y tienen un significado. El azul y el amarillo recuerdan a la familia della Rovere, a la que pertenecía el Papa Julio II, fundador de la Guardia en 1506. El rojo como homenaje a los papas de la poderosa familia Médici de Florencia, en particular a León X (sucesor de Julio II) y a Clemente VII, el Pontífice salvado por el heroísmo de los guardias suizos durante el saqueo de Roma en 1527.  De los 189 guardias, 147 murieron, solo 42 sobrevivieron, en su mayoría los que lograron acompañar al Papa hasta la fortaleza de Sant’Angelo donde el Papa Clemente VII logró refugiarse.

A partir del 13 de mayo de 1981, fecha en que sufrió el atentado que tuvo al borde de la muerte al Papa Juan Pablo II, la Guardia Suiza no solo es empleada en ceremoniales, sino que recibió entrenamiento especial y se le dotó de equipo especial y de armamento ligero moderno, sus miembros están altamente capacitados para darle seguridad al Pontífice dentro o fuera del Vaticano.

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