
Por segundo día consecutivo, Trípoli registró enfrentamientos armados en medio de la ciudad, que han dejado atrapados a un grupo de españoles que se encontraban en la capital de viaje de trabajo, en la peor escalada de violencia del último año que vuelve a tambalear la estabilidad de toda Libia.
El Gobierno de Unidad Nacional (GUN) de Abdelhamid Dbebiba, que controla la región occidental del país, afronta un peligroso choque entre grupos armados tras el asesinato el lunes del poderoso líder Abdel Ghani al Kikli, cabecilla de la milicia Aparato de Apoyo a la Estabilidad (SSA).
No es la primera vez que Dbebiba lidia con el poder de las milicias, que el GUN integró en los últimos años en los aparatos de seguridad, pero los cambios que realizó ayer en parte de las estructuras de seguridad para contener la violencia del lunes no han hecho más que caldear los ánimos.
La misión de la ONU en Libia alertó este miércoles del agravamiento de la inestabilidad no solo en Trípoli sino en todo el país mediterráneo, frontera sur de Europea y principal punto de partida de la ruta migratoria hacia Italia.
1 – El asesinato de Abdel Ghani al-Kikli
Aunque la tensión armada llevaba semanas en el aire, el asesinato de Al Kikli, «Ghaniwa», sorprendió el lunes Trípoli y desencadenó un violento enfrentamiento en el sur de la capital que dejó al menos seis muertos.
«Ghaniwa» es un poderoso líder que consolidó su control en el estratégico distrito de Abu Salim, y se posicionó con Dbeiba en la última división administrativa de Libia en 2022 con el intento de control de Trípoli por parte del entonces primer ministro del Ejecutivo paralelo, Fathi Bashaga, recién designado por el Parlamento que tutela el mariscal Jalifa Haftar desde el este.
La milicia que lidera, SAA, fue creada por el GUN en 2021, pese a que «Ghaniwa» mantiene un documentado historial de crímenes de derecho internacional y otras violaciones cometidos por grupos armados bajo su mando desde el levantamiento de 2011, según Amnistía Internacional.
Al Kikli ejercía una alta influencia política y económica tanto en su bastión, Abu Salim, como en instituciones gubernamentales. Las causas de su muerte todavía se desconocen y algunos medios locales apuntan a un posible sabotaje.
2 – Grupos armados
Tras la lucha contra Gadafi y la deriva bélica, con la intervención de la OTAN, en Libia quedaron una multitud de grupos armados que reclutan a jóvenes como salida laboral, pese a que varios están acusados de violaciones de derechos humanos, como mostró el informe de 2023 de la Misión de la ONU independiente de determinación de los hechos.
El GUN ha intentado coaptar a esos grupos afiliándolas al Estado y ha conseguido simplificar el mapa pero no la influencia que han demostrado algunos de sus líderes, como Al Kikli.
Otras poderosas milicias son la Brigada 111 y la Brigada 444 -adscrita al Ministerio del Interior del GUN- que intervinieron junto a Debiba para restablecer la calma el pasado lunes en Abu Salim.
Además, están las llamadas Fuerzas Especiales de Disuasión (Rada) bajo el mando del Ministerio del Interior, cuyo líder, el salafista Abdulraouf Kara, mantiene cierta independencia, y que ayer chocaron con fuerzas leales a Dbeiba.
A diferencia de los diferentes grupos armados, cuasi criminales, que rivalizan y se traicionan en la zona occidental del GUN, el mariscal Haftar consiguió integrar a la mayoría de los grupos armados de la zona oriental bajo el mando del llamado Ejército Nacional Libio (ENL).
4 – Cambios en la estructura de seguridad
El primer ministro eliminó ayer martes el Departamento de Operaciones y Seguridad Judicial del Servicio de Policía Judicial -que estuvo en su momento bajo el mando de otro poderoso líder Osama Najim, hoy buscado por la Corte Penal Internacional (CPI)– y ordenó transferir todas sus actividades al Ministerio del Interior, dirigido por Imad Trabelsi.
También disolvió la Agencia de Lucha contra la Inmigración Ilegal cuyas funciones pasan a una nueva entidad denominada «Administración General de Lucha contra la Inmigración» establecida en el Ministerio del Interior.
La noche del martes, fuerzas afines a Dbebiba se desplegaron en torno a las sedes de estas instituciones para tomar su control lo que provocó nuevos enfrentamientos y manifestaciones en distritos como Souq al Juma contra estos movimientos.
5 – Pugna de poder
Libia ha conseguido evitar un gran enfrentamiento bélico desde 2020 en cuanto a la pugna por el poder entre la administración del este de Haftar y el oeste del GUN, pero la fragilidad de las alianzas militares en la región occidental sigue sin garantizar la seguridad en la capital.
Desde la última escalada a principios de 2024, el país parecía haber retomado cierta normalidad y la misión de la ONU reactivó recientemente el proceso político para consensuar un calendario electoral y unificar las dos administraciones.
La violencia hasta el momento se circunscribe en la región occidental que está retando el poder de Dbeiba sobre el control de las milicias, mientras se alerta del riesgo de que intervengan poderes y fuerzas de otras regiones que afecten de nuevo a la estabilidad de toda Libia, fragmentada desde el derrocamiento de Muamar Gadafi en 2011. EFE (I)